El Bundesbank, cerca de cerrar otro conflicto diplomático para Angela Merkel

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El Bundesbank, cerca de cerrar otro conflicto diplomático para Angela Merkel

La canciller alemana, Angela Merkel, atraviesa una mala racha que dura ya meses. Tanto en la propia Alemania como de cara al exterior, la mujer más poderosa del mundo según Forbes debe afrontar reproches constantes e incluso una clara animadversión en algunos de los casos. Tras perder este domingo el control del estado de Baden-Württenberg, uno de sus feudos históricos, ahora la canciller encara un incidente diplomático por culpa del Bundesbank y los negocios que se trae entre manos con la India e Irán.

Según ha informado el periódico local Handelsblatt, que cita a fuentes gubernamentales, el banco central de Alemania estaría ultimando los detalles para ejercer de intermediario entre Nueva Delhi y Teherán. Todo parece indicar que las autoridades de la India ingresarían 9.000 millones de euros en el Bundesbank, que a su vez los trasladaría a un depósito de la entidad Europäisch-Iranische Handelsbank (EIHB), que a su vez enviaría el dinero a la capital iraní. A cambio la India recibirá un suministro de petróleo.

El EIHB es un banco que figura en las listas del Departamento de Finanzas de EEUU y de la Unión Europea (UE) como una institución a la que se debe sancionar, aunque según el rotativo local, esas sanciones no implican a Alemania. En cualquier caso, la polémica parece estar servida, pues la India ha decidido realizar este movimiento tras sufrir presiones desde Washington para que dejase de cerrar acuerdos directamente con Irán.

Este potencial incidente diplomático tendría como antecedente más inmediato la postura adoptada por Alemania en Libia. Desde Berlín se acordó la decisión de no participar en la intervención militar contra el dictador Muamar Gadafi, rompiendo así filas con EEUU, Francia y Reino Unido, entre otros países. Algunos analistas políticos señalaron que esta postura alojaba ciertas tendencias populistas, pues la canciller alemana se enfrenta a un 2011 plagado de elecciones regionales y un ataque militar sobre el norte de África podría haber minado aún más su poca popularidad actual.

Sin embargo, las elecciones celebradas ayer en el estado de Baden-Württenberg, y en las que la CDU de Merkel perdió el poder que tenía desde 1953, demuestran que la decisión en torno a la crisis de Libia apenas ha significado nada.

Además, diversos expertos políticos aseguran que el debate antinuclear también ha jugado un papel primordial a la hora de dejar a la coalición de la CDU y los liberales del FDP con tan solo el 44,3% de los votos, frente al 47,3% obtenido por Los Verdes y los socialdemócratas del SDP, que pasarán a controlar esta próspera región, de 11 millones de habitantes.

Tras el desastre de Japón, muchos alemanes parecieron tomar conciencia del peligro que encierran las centrales nucleares. Y aunque Merkel trató de cambiar su política energética a última hora (en otoño defendió alargar la vida de los reactores nucleares), tampoco este movimiento político ha obtenido el resultado esperado, a juzgar por los resultados cosechados ayer.

Además, la mandataria tiene otro problema: la crisis de deuda de la zona del euro. Pues si bien Alemania mantiene una evolución económica y financiera en apariencia notable, los rescates que recibieron Grecia e Irlanda en 2010 y el debate sobre la ampliación del Fondo de Rescate Europeo (EFSF, por sus siglas en inglés), le han costado dinero al país centroeuropeo. Algo que muchos ciudadanos alemanes no ven con buenos ojos, a juzgar por las editoriales cada vez más nacionalistas de algunos tabloides locales como el Bild, en el que se ha llegado a acusar a la inflación de ser «tan típica de Italia como el tomate y la pasta», este tipo de ayudas a otros socios del Viejo Continente.

Y aunque Merkel también ha intentado detener su política europeísta retrasando precisamente la ampliación del mecanismo de rescate -que estaba anunciada para el pasado viernes 25 de marzo y ahora deberá esperar hasta junio-, esto tampoco ha servido para salvar a la formación política de la canciller de la pérdida, parece que imparable, de popularidad que sufre.

Algunos expertos han apuntado en diversos medios alemanes que el resultado registrado en Baden-Württenberg hubiese supuesto probablemente el final político de Merkel de no ser porque la CDU no parece tener ningún candidato alternativo para asumir el liderazgo del partido.

En Francia, el principal aliado de Merkel en Bruselas, Nicolas Sarkozy, también ha sufrido una derrota política en las elecciones departamentales celebradas ayer. El Partido Socialista, principal partido de la oposición, fue el vencedor de los comicios y el Frente Nacional de extrema derecha también alcanzó cifras importantes en un revés para el presidente francés cuando falta un año para hacer frente a una reelección.

Con más de 80% de los votos escrutados, la izquierda obtenía un 36%, el doble del gobernante partido conservador UMP con 18,6%, dijo el Ministerio del Interior. El Frente Nacional, que ha subido en los sondeos de opinión bajo la nueva líder Marine Le Pen, tuvo un 11%.

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