La gran cumbre del euro, condicionada por la crisis de Portugal

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La gran cumbre del euro, condicionada por la crisis de Portugal

La cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, que comienza esta tarde en Bruselas y se prolongará hasta mañana, girará en torno a un eje: La crisis de Portugal, que ha forzado la caída del primer ministro José Sócrates y ha dejado al país al borde del rescate financiero, el peor escenario para la estabilidad de la zona del euro y la continuidad del proyecto de la moneda única.

Sócrates se enfrenta ahora a las consecuencias de una cruel paradoja. Las medidas de austeridad que trataba de impulsar ayer y que tumbó la oposición de centro-derecha de Portugal fueron en su día propuestas por otros políticos, también de centro-derecha, en las que el partido opositor dice inspirarse. Personas como la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy; o incluso el propio presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso, que comparte formación política con los mismos que ayer rechazaron las propuestas.

Quizás la explicación de esta singularidad sea la que ha dado hoy el líder de la oposición española (a quien tal vez le gustara hacer, si pudiera, lo mismo). Mariano Rajoy ha dicho que lo importante es cambiar de Gobierno para que sirva de revulsivo, independientemente de las medidas que se apliquen.

Pero más allá de la cuestión política, los líderes europeos se sentarán en la reunión de esta tarde con los mercados de deuda pública de nuevo en tensión, fruto ahora de las dudas sobre la solvencia de Portugal y de su capacidad para hacer frente a los vencimientos de deuda (el Tesoro luso tiene que refinanciar antes de junio 9.000 millones de euros). Aunque las primas de riesgo distan mucho de los récords que se registraron a finales de 2010 motivados por la crisis de Irlanda, las tensiones se aprecian en unos movimientos intradía que reflejan una alta volatilidad, el escenario más favorable para la especulación. Tanto ayer como hoy, el riesgo país de España (marcado por la diferencia entre la rentabilidad de su bono a diez años con el bund alemán) ha llegado a registrar unas oscilaciones de hasta 15 puntos básicos.

Además, las agencias de calificación también han vuelto a aparecer en escena para dar más munición a los especuladores. Unos 15 minutos antes del cierre del mercado, Fitch ha rebajado el rating de Portugal a ‘A-’ desde ‘A+’ por la dimisión de Sócrates (que presentó ayer por la noche). En España, Moody’s ha puesto de nuevo en duda el rigor que tiene el regulador financiero al contabilizar el agujero al que se enfrenta el sector.

Incluso el principal accionista de esta agencia, Warren Buffet, ha dicho esta misma tarde a la cadena de televisión estadounidense CNBC que ve posible el colapso del euro. “Sé que algunas personas piensan que es impensable, pero creo que no es impensable”, ha asegurado el que, según la revista Forbes, es la segunda fortuna de EEUU.

La calificadora ha vuelto a poner todos los focos sobre España, tras decidir rebajar el rating a 30 bancos y cajas españolas. Sólo los grandes actores del sector, Banco Santander, BBVA y La Caixa, han logrado escapar de la rebaja de rating de Moody’s, aunque se encuentran bajo perspectiva ‘negativa’. El ‘indulto’ a los blue chips españoles y una cierta complacencia del mercado en espera de los resultados de la cumbre europea son, en opinión de los analistas, los motivos que explican por qué la Bolsa española ha conseguido cerrar la sesión con unas subidas del 1,1%, en línea con los principales parqués europeos. También Wall Street abrió la sesión al alza.

Mientras los especuladores apuntan a España, el mercado da ya por descontado el rescate de Portugal, que podría ascender a 80.000 millones de euros. “La cantidad todavía se debe estudiar, pues aún no hay una petición formal de Portugal, pero ésta no tardará en llegar debido a que los costes de financiación del país comienzan a escalar muy rápido. En Bruselas calculamos que la ayuda solicitada será de unos 80.000 millones de dólares”, aseguró a la agencia Dow Jones.una fuente cercana a las negociaciones que ya se encuentran en curso.

La votación sobre el nuevo paquete de austeridad de Sócrates se produjo en Lisboa poco después de que Alemania forzase a Bruselas a alargar las negociaciones que existen en torno al Fondo de Rescate Europeo (EFSF, por sus siglas en inglés).

En teoría, los jefes de Estado de la zona del euro iban a presentar en sociedad este viernes el nuevo mecanismo de blindaje para el euro, que según fuentes cercanas al sector de los ‘hedge funds’ consultados por EL BOLETÍN podría haber supuesto el principio del fin de la crisis de deuda que lleva acosando a la divisa comunitaria desde principios del año pasado.

Sin embargo, la canciller de Alemania, Angela Merkel, no está de acuerdo con los plazos de pago que se han establecido (Berlín tendría que poner en el EFSF 22.000 millones de euros en total, 11.000 de ellos antes de 2013) y pidió ayer al mediodía extender el proceso de negociación hasta el próximo mes de junio. Su solicitud fue admitida.

Algunos inversores internacionales afincados en Alemania comentaron a este periódico que llevaban “semanas” esperando este movimiento por parte de Merkel. Según ellos, éste se hubiese producido antes de no haberse dado la crisis japonesa. El país asiático sufrió hace 13 días un terremoto devastador que congeló gran parte de las actividades económicas de dicho país. Ahora Tokio se enfrenta a una crisis nuclear tras los daños del terremoto.

Mientras tanto, en España el Gobierno, la oposición y hasta Bruselas han ‘salido’ a defender la solvencia de España tras los acontecimientos ocurridos ayer en Portugal. La ministra de Economía, Elena Salgado, ha calificado lo ocurrido en Lisboa de “crisis política” y ha instado a la prudencia. Mariano Rajoy ha negado que existan similitudes entre la situación que atraviesa el país vecino y España. Desde el punto de vista político, quizá le gustaría que hubiera alguna más.

El presidente del PP rechazó hoy que pueda haber similitudes entre la situación que está viviendo Portugal y la que existe en España y recalcó que “España no necesita ningún rescate ni nada que se le parezca”. Rajoy aludió a la crisis de Portugal, tras la dimisión de su primer ministro, José Sócrates, a su llegada a la reunión de líderes del Partido Popular Europeo que se celebra de forma previa a la Cumbre de la UE.

En algunos entramados financieros, nutridos de personas que por lo general suelen ser muy mal pensadas, se aseguraba que quizá el movimiento que hizo ayer el PP, cuyos portavoces insinuaron estar dispuestos a hacer modificaciones en la Ley Hipotecaria, fuese un ardid electoralista, pero ha alentado la incertidumbre sobre el estado del sector bancario español.

El presidente del Gobierno se negó ayer a que la entrega de la vivienda sea suficiente para saldar un préstamo hipotecario. Poco después, la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, insinuó posibles cambios en esta norma.

Al margen de esta cuestión, los responsables europeos también han salido en defensa de España. El presidente de la Comisión, Joaquín Almunia, que se encontraba hoy en Madrid, lo ha hecho en todas las intervenciones que ha tenido con los medios. Al igual que el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, que ha descartado riesgo de contagio para España.

Sin embargo, en los mercados asumen estas muestras de confianza con cautela. “La situación en España parece mucho mejor y por eso todavía puede salir adelante sin ayudas”, ha comentado a EL BOLETÍN Janne Von Gerich, analista de Nordea. La prudencia de la expresión coincide con la gran volatilidad que sufre el diferencial del bono español, que durante el día experimenta una importante actividad, aunque al cierre se mantenga estable de un día a otro, como ya decíamos antes.

Lo único claro es que nadie sabe cuánto tiempo más durará la crisis del euro. Hace una semana algunos hedge funds se hicieron esta pregunta y llegaron a algunas conclusiones que plasmaron en un informe al que ha tenido acceso este diario. La primera, que para que continuara era preciso que se produjera un colapso en las negociaciones sobre el fondo del rescate (Esto podría pasar. La solución, mañana). La segunda, una rápida escalada en tasa de morosidad de los créditos de la banca española y cifras no reveladas sobre sus necesidades de capital (Lo que dice Moody’s que sucede). Y la tercera, que las nuevas medidas de ajuste fiscal de algunos países no puedan salir adelante por posibles trabas sociales y políticas (Algo que ya ha sucedido. Sólo en Portugal, de momento).

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