La banca alemana aumentó su riesgo a Irlanda y Grecia tras el rescate heleno

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La banca alemana aumentó su riesgo a Irlanda y Grecia tras el rescate heleno

Las entidades alemanas aumentaron un 11,7% su exposición al entramado financiero irlandés en el tercer trimestre de 2010. Así, el sector bancario germano mantenía a finales de septiembre 208.300 millones de dólares (149.682 millones de euros), en comparación a los 186.400 millones de dólares (134.000 millones de euros) que mantenían en el segundo trimestre del año, según los datos del Banco Internacional de Pagos (BIS).

En total, la exposición de la banca internacional al Tigre Celta alcanzaba en el tercer trimestre del año los 813.700 millones de dólares. Un dato que preocupa, y mucho, al nuevo Gobierno de Dublín, dado que el PIB irlandés es de tan sólo 208.300 millones de dólares.

Nada que ver, por tanto, con la exposición que mantiene la banca internacional a Grecia; 277.900 millones de dólares, con el PIB heleno situado en 302.000 millones de dólares. En cualquier caso, las entidades teutonas también han incrementado su exposición al otro país que ha tenido que ser rescatado en la zona del euro hasta el momento. De los 65.400 millones de dólares (47.000 millones de euros) que tenía en el segundo trimestre de 2010, a finales de septiembre de ese mismo año esa cifra se situaba en los 69.400 millones de dólares (cerca de 46.000 millones de euros).

Tanto en Portugal, así como en Grecia e Irlanda, las instituciones financieras teutonas ocupan siempre el segundo puesto. En las finanzas lusas los bancos alemanes tienen 48.500 millones de dólares invertidos (34.850 millones de euros).

Los datos del BIS también han permitido conocer que los bancos germanos mantienen un riesgo a las finanzas españolas de 242.400 millones de dólares (174.185 millones de euros), seguidos de cerca por las entidades galas, que mantienen 224.700 millones de dólares (161.466 millones de euros).

Estas cifras surgen en un momento complicado para el sector bancario europeo, que debido a varios factores se encuentra en el mundo de mira de los especuladores para volver a atacar al euro, según opinan algunos expertos.

Entre estos factores cabe destacar, precisamente, la gran exposición de las entidades alemanas y galas a países que ya han tenido que solicitar un rescate financiero (Grecia e Irlanda) y a Portugal, que podría requerir ayuda económica internacional en las próximas semanas si la rentabilidad de su deuda sigue ofreciendo cifras demasiado costosas para buscar financiación en los mercados internacionales (el bono a diez años luso ofrece ya un rendimiento superior al 7,6%).

Otro motivo para dudar de los bancos del Viejo Continente es la flexibilidad que el regulador bancario europeo (EBA, por sus siglas en inglés) otorga a los diferentes reguladores nacionales para que establezcan de manera autónoma el contexto de riesgo al que supuestamente se tendrían que enfrentar los bancos de cada país en las pruebas de solvencia que se realizarán por segunda vez en menos de un año.

Según han criticado diversos banqueros y políticos europeos, Berlín utilizará esta flexibilidad para maquillar el estado real en el que se encontrarían sus bancos frente a una auténtica situación de riesgo, como ya hizo Dublín antes de verano, cuando anunciaron que los bancos irlandeses habían superado los llamados test de estrés. En noviembre Irlanda tuvo que solicitar un rescate financiero ante el estado de quiebra de sus entidades.

En este contexto, el primer ministro irlandés, Enda Kenny, ha asegurado que seguirá peleando por una bajada de los tipos de interés impuestos a su país tras el rescate de noviembre, tras volver de Bruselas el pasado viernes -cuando planteó que se redujera el tipo de interés ante sus homólogos- con la negativa de Alemania y Francia de ceder.

El líder del partido Fine Gael aspira ahora a conseguir algún resultado de cara a la reunión del 24 y 25 de marzo que tendrá lugar de nuevo en la ciudad belga. El primer ministro prometió a la sociedad irlandesa conseguir esta rebaja de tipos durante la carrera electoral que le llevó al poder hace unas semanas, tras convocar Dublín elecciones anticipadas por la crisis económica que atraviesa el país.

Francia y Alemania se han opuesto a esta bajada de tipos a menos que Irlanda decida incrementar el impuesto sobre sociedades (12,5%) que actualmente convierte al Tigre Celta en un país de fácil acceso para las compañías internacionales, pues esta cifra es la menor de todo el Viejo Continente. Sin embargo, desde Dublín han asegurado que este debate no está abierto, puesto que sin ese impuesto tan atractivo buena parte de las inversiones que ahora Irlanda necesita más que nunca abandonarán el país.

Irlanda tiene que abonar actualmente un 6% de interés. La mayoría de los expertos considera que hasta que no se alcance una reducción de tipos que alcance el 3,5%, la economía del país apenas notará la diferencia.

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