El partido socialista griego (PASOK), que es el de Papandreu, tiene 155 parlamentarios, sin embargo uno de ellos ha votado en contra del plan de austeridad. Eso dejaba al líder socialista con 154 votos a favor, ya de por sí suficientes. No obstante, también se ha mostrado partidaria del plan una de las parlamentarias del principal partido de la oposición, Nueva Democracia.
Una muestra de la tensión que albergaba Papandreu tras dos días de intensa negociación con sus propios compañeros de partido y con la oposición, en medio de una nueva huelga general (ésta de 48 horas, que terminará esta noche) es que el parlamentario socialista que ha votado en contra de estas medidas ha sido inmediatamente expulsado de la formación por el primer ministro griego.
Ahora se esperan dos consecuencias. La primera es que el quinto tramo de las ayudas aprobadas hace un año en el primer rescate internacional para Grecia, de 12.000 millones de euros, podrá ser finalmente enviado a Atenas para que el país pueda hacer frente a los vencimientos de deuda fechados para agosto. La segunda es que los manifestantes que desde primera hora de la mañana se han congregado en los alrededores del Parlamento comiencen a protagonizar incidentes con la policía, enfadados por el acuerdo alcanzado en el interior de la cámara.
A pesar del plantón que la oposición ha mostrado en contra de Papandreu, el nuevo ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, ha dejado claro en todas sus intervenciones que el Gobierno permanece dispuesto a negociar y a discutir el futuro del rescate griego con los demás partidos. Venizelos ha hecho también un llamamiento para que otras formaciones políticas propongan nombres para participar en la comisión de privatizaciones, en el comité de reformas fiscales y otros grupos de trabajo destinados a sacar adelante el plan aprobado por el Parlamento.
