El entorno de la patronal alemana propone un euro de ‘segunda’ para el Mediterráneo

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El entorno de la patronal alemana propone un euro de ‘segunda’ para el Mediterráneo

Ya no cabe ni Francia en el euro. Desde el sector empresarial alemán han presentado lo que, en su opinión, debería ser el futuro de la eurozona: dos áreas territoriales con dos monedas; una ‘más potente’ dirigida desde Berlín y otra ‘devaluada’ que supervise París. Esta tercera previsión se une a las dos teorías que hasta ahora circulaban por el entramado financiero sobre lo que deparará el mañana, y que mantienen que o bien la eurozona quedará destruida o bien saldrá fortalecida. A partir de ahora habrá que tener también presente la posible división de la región.

Hans-Olaf Henkel, ex presidente de BID (la patronal de Industria alemana) y consejero de empresas como Bayer AG, Daimler Aerospace AG y Continental AG entre otras, fue el encargado de mencionar ayer en un debate televisado por un canal germano esta idea. Además, el que fuera representante de los empresarios detalló cómo sería el reparto de los dos territorios; el ‘rico’ estaría integrado por Alemania, el Benelux, Finlandia y, a ser posible, también Dinamarca y Suecia, y el ‘más pobre’ quedaría formado por Francia junto a los llamados ‘países periféricos’; Grecia, España, Italia, Portugal e Irlanda.

Según Henkel, esta división permitiría al grupo de ‘países pobres’ devaluar su moneda para ganar competitividad. Aunque el ‘bloque de primera’ también se vería claramente beneficiado con este movimiento dado que podría comprar lo que produzca en sus fábricas del ámbito mediterráneo a un precio más barato del que tiene que pagar ahora.

Henkel, que estuvo en el debate acompañado de dos ex ministros de finanzas alemanes, los socialistas Oskar Lafontaine y Hans Eichel, además del actual ministerio de Asuntos Exteriores alemán y vicepresidente del país, el liberal Guido Westerwelle, explicó que si Francia no estaba de acuerdo con la propuesta –algo entendible desde cualquier óptica- Alemania debería limitarse a abandonar el euro. No obstante el mensaje, que no fue rebatido por los dos ex ministros de Finanzas, sí se topó con la oposición del Gobierno germano, representado por Westerwelle. Éste respondió a Henkel que “no hay alternativa” para el euro tal y como se conoce hoy día.

No obstante, en la industria de los fondos de alto riesgo, o ‘hedge funds’, la idea se ha acogido con interés. Según un especulador suizo consultado por EL BOLETÍN, el proyecto “suena interesante, aunque no sé cómo se podría implantar”. Analistas políticos cercanos a Berlín han visto posible que esta idea sea bien acogida. “Ayer Axel Weber [presidente del Bundesbank y consejero del BCE] aseguró que el fondo de rescate podría ser ampliado, y esto supone en otras palabras que hay que imprimir más dinero. A los alemanes les asusta la inflación por razones históricas, y cualquier medida que incluya fabricar más billetes es muy poco popular”, dijeron estos expertos. Por lo tanto, la idea de Henkel, además de representar el sentir de la clase empresarial teutona, también despertaría simpatías entre la sociedad del país.

El debate también se centró en la crisis irlandesa y la exposición de los bancos alemanes a la misma. Tanto Lafontaine como Eichel –que no se pronunciaron de forma significativa al hablar de la eurozona dividida- acusaron a las entidades privadas del país de ser las principales culpables de la situación de Alemania en relación a la isla Esmeralda. En cualquier caso Henkel les respondió alegando que de los 30.000 millones que tiene la banca germana en deuda emitida por Dublín, sólo 500 millones pertenecían al Deutsche Bank. El resto a los bancos regionales controlados por el Estado, también llamados ‘landesbanken’.

La respuesta de Henkel fue bien acogida por la industria de los fondos de inversión, que según explicaron a este medio, “les dejó muy claras las cosas”. No obstante, otros inversores alemanes consultados no se mostraron de acuerdo con esta opinión y aseguraron que “Angela Merkel rescata [en alusión a la ayuda enviada a Irlanda] donde Josef Ackermann [el consejero delegado del Deutsche Bank] le dice el lugar que hay que rescatar”. En otras palabras, que los rescates que la canciller alemana ha aprobado para Grecia –en mayo- e Irlanda –en noviembre- tiene como objetivo evitar situaciones complicadas para la banca privada alemana.

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