BBVA refuerza su acción social en Latinoamérica

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BBVA refuerza su acción social en Latinoamérica

La curia vaticana no parece tener esta vez un candidato favorito que presentar en el cónclave que decidirá quién sucede a Benedicto XVI al frente de la Santa Sede. Angelo Scola, el arzobispo de Milán y principal valedor de las órdenes seglares como Comunión y Liberación o el Opus Dei parece, por tanto, la mejor alternativa para que nada cambie.

El filósofo Paolo Flores D’Arcais lo ha explicado este lunes en un artículo que ha publicado el diario El País: «Scola no es desde luego un personaje curial, pero si alguien se lo imagina como un papa que destape las suciedades de la Iglesia y arramble con los enredos mundanos y corruptos que prosperan en el Vaticano, se llevará un buen chasco».

Scola es, por tanto, alguien a quien poder apoyar desde los organismos de poder vaticanos en un momento en el que la Iglesia encara tiempos difíciles que exigen una apertura al exterior. Una apertura que, para muchos dentro de las murallas del Estado Pontificio, puede arrastrar tras de sí una erosión de la institución de calibre desconocido.

¿En qué se basa D’Arcais para argumentar que Scola va a mantenerse fiel al secretismo que impera en la curia? Pues en que, por ejemplo, jamás condenó de manera explícita al político de Comunión y Liberación por excelencia, Roberto Formigoni, gobernador de la región de Lombardía, asediado y enlodado por un impresionante número de escándalos.

«Scola parece, en definitiva, el candidato perfecto para que, en relación con la curia, cambie algo en apariencia, pero perpetuando la esencia del IOR [el banco vaticano, implicado en numerosos escándalos] y de las reticencias sobre los curas pedófilos (en Italia casi nada del vasto fenómeno ha salido aún a la luz, por poner un ejemplo)», escribe el filósofo.

Además, la votación ya parece estar más o menos decidida después de las reformas establecidas tras la elección de Benedicto XVI. Hasta entonces no existía la regla de los dos tercios (es decir, que hasta entonces se intentaba que el Papa fuese elegido por dos tercios hasta una trigésimo cuarta ocasión, y si no se conseguía se pasaba al sistema por mayoría). Ahora no puede salir elegido ningún nombre sin los dos tercios de los votos, da igual las votaciones que tengan que sucederse. Y la curia controla, ella sola, un tercio entero.

Las alternativas a Scola son los candidatos curiales (el brasileño Odilo Scherer y el canadiense Marc Ouellet) o el arzobispo de Viena, Christoph Schönborn. Este último parece ser el más proclive a aceptar públicamente una serie de errores y tratar de enmendarlos. Por eso mismo es el candidato más improbable de todos.

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