Los sindicatos del transporte consiguen paralizar París y Londres

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Los sindicatos del transporte consiguen paralizar París y Londres

Los sindicatos del transporte han vuelto a ponerse, una vez más, a la vanguardia de las protestas de los trabajadores europeos en contra los recortes sociales que algunos gobiernos han anunciado como medida de ahorro. Hoy se han sucedido las primeras protestas de gran trascendencia en París y Londres. Ambas capitales han amanecido paralizadas por la falta de medios para poder trasladarse.

La capital francesa se ha visto desbordada por paros en el metro, la red de cercanías, las grandes estaciones de trenes y los aeropuertos. Esto ha conllevado más de 200 kilómetros de retenciones en las autopistas de la región y más de cien vuelos cancelados sólo entre España y Francia.

Los grandes sindicatos galos se han apoyado en el poderoso sector del transporte para llevar a la huelga general -la cuarta en lo que va de año- a más personas aún que en la anterior convocatoria celebrada el 24 de junio y a la que acudieron dos millones de personas (800.000, según la policía).
Aunque el transporte es la gran baza de las organizaciones sindicales, la huelga gala también ha afectado a la enseñanza pública, a la sanidad y a Correos, entre otros servicios públicos. En la empresa privada, como ocurre normalmente en Francia, el paro se prevé menor.

Las protestas se vuelven a centrar en la reforma de pensiones anunciada por el presidente de la República, Nicolas Sarkozy, que pretende aumentar la edad de cobro de las mismas de los 65 a los 67 años.

Londres

La City londinense, por su parte, también ha sufrido hoy una jornada de paro, aunque ésta tan sólo ha afectado directamente al metro, el principal medio de transporte de la capital británica. La congelación de los sueldos y 800 despidos han sido los principales motivos que han llevado a los trabajadores del suburbano a manifestar su rechazo a la dirección de la empresa.

Aunque las conexiones internacionales de la capital británica se han mantenido en orden, los londinenses sí se han visto severamente afectados, y contabilizados por decenas de miles recurrieron a bicicletas, autobuses, caminaron e incluso usaron los servicios fluviales dispuestos para la ocasión en el río Támesis para moverse por la capital británica, en un intento de no verse afectados por la protesta.

La Cámara de Comercio de Londres ya ha anunciado que estima un gasto de 48 millones de libras (unos 57 millones de euros) por cada día que la ciudad permanezca en esta situación.

El ejemplo de Madrid

El sector del transporte europeo ya hizo su primer alarde de poder el pasado mes de junio en Madrid. Durante los días 28, 29 y 30 de ese mes, los trabajadores del suburbano lograron generar el caos en la capital de España al decidir no respetar los servicios mínimos establecidos, a modo de protesta por una reducción de sus salarios. España se enfrentará el próximo 29 de septiembre a una jornada de huelga general que, según varios expertos, no alcanzará la magnitud de la francesa debido a la falta de popularidad de los sindicatos españoles. Pero, ¿qué sucederá con los transportes?

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