Deutsche Bank está aún profundamente implicado en la crisis inmobiliaria estadounidense, que dura ya casi tres años. A pesar de que en un primer momento logró esquivar lo peor de las hipotecas ‘subprime’ en comparación con otras entidades, ahora se está viendo obligado a realizar numerosos embargos y ventas de viviendas en subastas. Tanto, que el diario alemán ‘Der Spiegel’ ya califica al banco como “rey del embargo”.
El periódico alemán se hace eco por ejemplo de que Deutsche Bank tuvo que embargar 600 edificios de apartamentos en Chicago durante 2009, más que ningún otro banco en la ciudad. Según datos del Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC), similar al fondo de garantía de depósitos español, Deutsche Bank tiene actualmente una cartera hipotecaria en EEUU valorada en 3.700 millones de dólares (unos 3.100 millones de euros al cambio actual). A esta cifra habría que sumar más de un millón de propiedades inmobiliarias que el mayor banco alemán por activos gestiona en calidad de fideicomisario dentro de la mayor economía del mundo.
La imagen del banco en EEUU no hace más que deteriorarse. En la pasada junta de accionistas de Deutsche Bank, el presidente de la entidad tuvo que enfrentarse a las quejas de los accionistas estadounidenses. Entre ellos, la profesora de ciencias políticas Susan Giaimo.
Durante su intervención, Giaimo llegó a señalar que si los alemanes habían sido los constructores de la ciudad de Milwaukee (Wisconsin) “Deutsche Bank está ahora en proceso de destrucción” de la ciudad. Los propietarios estadounidenses han sido los grandes perjudicados de la crisis inmobiliaria.
Durante años, los bancos concedieron préstamos hipotecarios sin preocuparse en exceso de si estos préstamos podían ser reembolsados. Luego empaquetaban estos créditos dentro de titulizaciones muy complejas que les permitieron recoger ingentes beneficios hasta que la crisis estalló. Aunque el Deutsche Bank logró salir relativamente indemne de la crisis ‘subprime’, las cifras demuestran que está involucrado todavía en este mercado.
Al mismo tiempo que el Deutsche Bank continúa envuelto en la crisis del mercado inmobiliario estadounidense, cuyo colapso se produjo hace casi tres años, los bancos alemanes presionan al Banco Central Europeo (BCE) para que no se publiquen las pruebas de resistencia financiera a la banca, que podrían mostrar algunos problemas en determinados bancos. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, se reunirá el próximo 21 de julio con representantes de los principales bancos europeos para discutir los resultados de estas pruebas.
