Europa, más cerca de dejar atrás su dependencia del gas ruso

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Europa, más cerca de dejar atrás su dependencia del gas ruso

Las grandes petroleras de EEUU mantienen conversaciones con representantes europeos para explotar yacimientos de gas “no convencional”, según han asegurado a EL BOLETÍN fuentes del sector. De tener éxito en su empresa, Europa podría reducir paulatinamente su dependencia hacia Rusia.

Las grandes compañías petroleras estadounidenses han logrado, gracias a nuevas técnicas de extracción, acceder a nuevas reservas de gas natural, llamado “no convencional” o ‘shale gas’, que implica fracturar la formación rocosa para llegar al producto, y según los ecologistas, es propenso a contaminar el agua. Un pozo de esta índole cuesta tres veces más que un pozo de gas tradicional-

Según los expertos consultados por este periódico, las grandes corporaciones petrolíferas de EEUU ya habrían entablado contacto con algunos países europeos, como Polonia, para exportar al Viejo Continente estos nuevos procesos, que a pesar de ser más costosos que los convencionales, reducirían la dependencia europea a la energía proveniente de Rusia. “Algunas grandes compañías estadounidenses ya están tomando posiciones en Europa”, puntualizaron.

Según estas mismas fuentes, en EEUU y Canadá se practica desde hace cinco años este nuevo sistema de extracción, que ya supone entre el 40% y el 60% del gas natural utilizado EEUU. Si a este dato le añadimos que la producción de este recurso en este país se incrementó un 3,7% en el año 2009, se puede afirmar que grandes compañías como ExxonMobile o Chevron, entre otras, han apostado por unas técnicas de extracción con futuro. Además, según las estimaciones de estos expertos, gracias a estos procesos, EEUU podría ser autosuficiente durante los próximos 50 años, dejando así de ser un competidor en el mercado. Y ahí reside el miedo ruso. “Los rusos temen que EEUU exporte esta tecnología a Europa, consiguiendo que deje así de depender de Rusia gradualmente”, puntualizaron, dando a su vez credibilidad a la preocupación que manifestaba el gigante ruso Gazprom, tal y como informó este periódico el pasado 26 de enero. Fuentes cercanas a la gasista rusa reconocían a los medios locales su preocupación ante “la revolución del gas” que estaba llevándose a cabo en Norteamérica.

Los temores de Gazprom no son infundados. Los expertos consultados han comentado los beneficios para ambas partes en caso de que finalmente estas compañías aterricen con sus nuevas técnicas en suelo europeo: “Es un `win to win´, todos ganan. La petrolera se beneficia del yacimiento y Europa aprende estas técnicas para utilizarlas en un futuro”.

No obstante, y a pesar de los beneficios aparentes que esta evolución tecnológica conllevaría, ya han surgido en EEUU protestas ante este nuevo proceso de obtención de gas natural. En concreto, han sido los ecologistas los que han echado en cara a las grandes petroleras no tener en cuenta, una vez más, el medio ambiente. Incluso dentro del Partido Republicano, tradicionalmente afín a este sector, han surgido voces discordantes con las ambiciones de las petroleras.

Las últimas quejas han sido motivadas por los planes de extracción de gas natural “no convencional” en las montañas de Catskills, pertenecientes al estado de Nueva York. Sin embargo, los ecologistas no han estado solos en esta ocasión, ya que incluso el alcalde de la ciudad de Nueva York, Michael Bloomberg, mostró en público su descontento ante este tipo de proyectos.

El campo de gas más grande de EEUU es el de Barnett, en Texas, que cuenta con yacimientos tanto “convencionales” como “no convencionales”. En Barnett tienen lugar 3.000 sondeos -o pozos- anuales, mientras que en España existen algo menos de mil pozos en general. Otro gran yacimiento estadounidense es el de Marcellus, próximo a la costa Este del país. Sólo con el gas obtenido en Marcellus EEUU tiene asegurado el consumo durante los próximos quince años.

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