El impuesto de Obama a la banca traspasará las fronteras de EEUU

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El impuesto de Obama a la banca traspasará las fronteras de EEUU

El nuevo impuesto bancario creado por la Administración Obama traspasa las fronteras al afectar a 15 bancos extranjeros, de los cuales las grandes entidades británicas y alemanas, en algunos casos en manos de sus respectivos Estados, se llevarán la peor parte. Joseph Dickerson, analista de la firma Execution, ha señalado en declaraciones a EL BOLETÍN, que según un estudio preliminar, Royal Bank of Scotland, controlado en un 84% por el Estado británico, podría tener que pagar en la próxima década casi 1.000 millones de dólares de este impuesto.

Barclays tendrá que desembolsar 5.600 millones y HSBC, mayor banco europeo, 3.800 millones. Además, Dickerson ha señalado que estas cifras se desprenden de un examen preliminar, sin contar todos los elementos, por lo que los pagos podrían ser incluso mayores. Este coste se sumará a la tasa del 50% impulsada por el Gobierno de Gordon Brown sobre los bonus de los directivos de la City. Fuentes de las tres entidades británicas consultadas por este diario no han querido hacer comentarios sobre el posible impacto que la nueva tasa tendrá en ellas.

En contraposición con las entidades británicas, Dickerson cree que el nuevo impuesto tendrá un impacto “mínimo” para Banco Santander y BBVA. Un informe de BPI calibra en 20 y 12 millones de euros respectivamente este coste. Peor balance se presenta para Deutsche Bank y Commerzbank, dos de los principales bancos alemanes. En el caso de Deutsche Bank, y según un estudio elaborado por Nomura Holdings al que ha tenido acceso este diario, el impuesto impulsado por Obama representará una caída de un 9% en sus ingresos ordinarios. Además, los expertos de la firma japonesa advierten de que EEUU podría convencer a otros países del G-20 para que implementasen medidas similares.

Ayer, Obama anunció un nuevo impuesto a la banca, bautizado como “tasa de responsabilidad en la crisis financiera”, mediante el cual se gravará un 0,15% sobre los pasivos no asegurados (sin incluir los depósitos) de las instituciones financieras que cuenten con activos superiores a los 50.000 millones de dólares. A día de hoy, afectaría a 50 entidades que operan en el país, entre bancos, aseguradoras e intermediarios financieros, de las cuales 15 son filiales de compañías extranjeras. Según considera la Casa Blanca, en caso de ser ratificado por el Congreso permitirá recaudar unos 90.000 millones de dólares en diez años y 117.000 millones en doce años. El nuevo impuesto estará en vigor hasta que se recupere todo el dinero publico invertido en el rescate financiero. “Si los bancos están en tan buenas condiciones como para pagar bonificaciones enormes, seguramente están en condiciones de devolver el dinero a los ciudadanos”, según Obama.

Obama se refiere al plan de rescate financiero de 700.000 millones de dólares conocido como Programa TARP, que fue aprobado a finales del 2008 por la Administración Bush a través del entonces secretario del Tesoro, Henry Paulson.

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