“El acuerdo plantea una serie de problemas muy graves. Insto a la UE a que respete los derechos y la integridad humana”, ha afirmado El Alto Comisionado para los Derechos Humanos. Si hace apenas dos días, la ONU, a través de su organismo para los refugiados (ACNUR), lanzó un mensaje crítico dirigido a Bruselas por la aprobación del plan de expulsión de los refugiados a Turquía, este jueves, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, ha cargado contra la decisión. “El acuerdo plantea una serie de problemas muy graves. Insto a la Unión Europea a que adopte, en la cumbre de la próxima semana, medidas migratorias que respeten los derechos y la integridad humana”, ha declarado.
Con el previo aplauso a “los honorables voluntarios y activistas” que están tratando de ayudar a los refugiados, Al Hussein ha lamentado las situaciones que se están viendo en la crisis de los refugiados. Profundamente preocupado por el “resurgimiento del racismo, la intolerancia y la xenofobia en Europa”, el Alto Comisionado ha aprovechado para poner la mirada crítica sobre las políticas que están adoptando varios países europeos levantando muros y estableciendo restricciones fronterizas.
“La situación en Grecia es dramática. Los migrantes son incapaces de salir del país debido a las restricciones fronterizas impuestas por Austria, Eslovenia, Croacia, Serbia y la ex República Yugoslava de Macedonia. Este lamentable enfoque, junto con otras medidas adoptadas por países como la República Checa, Hungría, Eslovaquia y Polonia, crea una gran angustia para un gran número de personas y suman presión sobre Grecia, un país que ya está en necesidad de ayuda”, ha aseverado.
Ante estas actitudes, el dirigente de la ONU les ha recordado a esos países que las restricciones fronterizas, “que no permiten determinar las circunstancias de cada individuo, violan la ley internacional y la ley europea”. “Estoy preocupado por las condiciones en que las personas pueden ser expulsadas”, ha afirmado. El levantamiento de vallas; el rechazo al acceso a los procedimientos individualizados; la negación de la entradas a personas en función de su nacionalidad; la confiscación de pertenencias de los refugiados o que se impida la reagrupación familiar son las algunas de las medidas preocupantes que tampoco han pasado desapercibidas para el alto Comisario.
Por ese mismo camino alarmante se ha dirigido a lo adoptado por Bruselas. Al Hussein ha reconocido que entre sus “preocupaciones principales está la posibilidad” de que expulsiones colectivas, sean “ilegales”, algo que enciende las alarmas de la violación de “principios fundamentales como la solidaridad, la dignidad y los derechos humanos”.
Un discurso elevado que, aparte del mensaje de agradecimiento dedicado a los voluntarios, también ha tenido palabras para Estados Miembros que sí han dado un paso positivo para afrontar, bajo la bandera de los derechos humanos, la crisis humanitaria. “Reconozco la generosidad con que Alemania dio la bienvenida a alrededor de un millón de personas el año pasado, y los esfuerzos de Grecia, a lo largo de 2015, para tomar un enfoque humano y evitar detenciones”.
En definitiva, una nueva advertencia que ha lanzado la ONU para instar a la Unión Europea a que replantee su política migratoria ante un conflicto de los refugiados que cada día acoge una nueva dimensión.
