“Ningún país europeo será un país de tránsito”, ha advertido el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. “No vengáis a Europa. No creáis a los traficantes. Ningún país europeo será un país de tránsito”, este es el mensaje que ha mandado el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, a los migrantes económicos que tienen pensado desplazarse dentro del espacio Schengen.
Tusk se refiere en concreto a aquellos que se plantean venir a Europa por razones económicas, al margen de las guerras y otros motivos relativos a la seguridad. La advertencia del presidente del Consejo marca así la postura de los Estados miembro frente a la llegada de inmigrantes justamente después de reunirse con el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, para abordar la crisis de refugiados.
A este respecto, Tusk ha asegurado que se destinarán 700 millones de euros a ayuda humanitaria en toda Europa, para reforzar a países como Grecia, que se preparan para acoger a unas 70.000 personas a lo largo de este mes, cuando los países vecinos cierren sus fronteras.
“Dentro de poco, los refugiados y migrantes se darán cuenta de que no pueden ir a los países que quieren”, ha matizado el presidente del Consejo Europeo. Asimismo, ha llamado a todos los países de la UE a crear un consenso para repartirse a los asilados y ha recordado la necesidad de reforzar los controles fronterizos en la eurozona.
Appeal to potential illegal economic migrants: Don't come to Europe. Don't believe smugglers. No European country will be a transit country
— Donald Tusk (@eucopresident) 3 de marzo de 2016
Mientras tanto, Grecia ya ha activado su ‘Plan B’ para hacer frente a la llegada masiva de refugiados. El ministro de inmigración heleno, Yanis Mouzalas, ha comenzado a construir campos y asentamientos que darán cabida a unas 100.000 personas.







