El principal motivo sería la mayor inquietud de una parte del ‘establishment’ frente a los candidatos republicanos El leitmotiv de la campaña que está disputando por la nominación demócrata el senador por Vermont, Bernie Sanders, es la lucha contra el excesivo poder que, a su juicio, han acumulado la industria financiera y las grandes fortunas. Y como derivada, acabar con el sistema de financiación de las campañas políticas ya que según dicho criterio, esta circunstancia supondría un conflicto de intereses para los representantes políticos que tendrían que escoger entre ser fieles a sus votantes o a quiénes les financian.
Sin embargo, según ha revelado The Hill, grandes donantes de la izquierda política en EE.UU. ya han comenzado sus planes para apoyar financieramente a Sanders quiera éste o no. Unos preparativos que se harían efectivos si el senador por Vermont se hiciese finalmente con la victoria en las primarias demócratas.
En dicho caso, según las estimaciones realizadas, Sanders necesitaría 1.000 millones de dólares para poder hacer frente a la campaña presidencial. Después de todo realizar viajes por todo el país, mantener una infraestructura de campaña en cada estado y emitir anuncios en los diferentes medios, no es precisamente barato.
Así, Keith Mestrich, de la junta directiva del mayor órgano de recaudación del partido del burro, la Alianza Demócrata, ha declarado a The Hill que, pese a las declaraciones de Sanders, sería el propio ‘establishment’ el mayor interesado en poner dinero en su campaña, ante la ‘amenaza’ que en su opinión suponen los candidatos republicanos. Si bien es cierto, que quizá las formas de hacer llegar capitales a la campaña del senador por Vermont podrían no ser a través de un super-PAC.
En principio, serían figuras como las relacionadas con la industria de Hollywood o la comunidad de negocios ‘progresista’ de EE.UU. las mayores interesadas en participar en la mencionada campaña de recaudación. Consideran que el actual sistema de pequeñas donaciones sería insostenible en una campaña presidencial.
No obstante, también hay quienes consideran que esta estrategia podría tener sus desventajas incluso desde el punto de vista de la recaudación. Así, el senador por Vermont ha conseguido cimentar su campaña sobre el mensaje de que son los pequeños simpatizantes quienes le apoyan, no las grandes fortunas.
Un mensaje que no sólo le está proporcionando réditos políticos a Sanders. Además, este sistema ha incentivado que, en las últimas semanas, se multiplicasen esas pequeñas donaciones, llegando incluso a superar la recaudación de su principal rival en las primarias demócratas, Hillary Clinton.
 
								
 
							








