Los ministros de Interior deciden si la UE reubica a 120.000 refugiados

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Los ministros de Interior deciden si la UE reubica a 120.000 refugiados

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Los países miembros deben poner sobre la mesa su apoyo al plan de la Comisión Europea sobre un programa obligatorio para reubicar a una parte de las 500.000 personas que han llegado a la UE. Los ministros de Interior de los Veintiocho se reúnen para decidir si apoyan formalmente la propuesta de la Comisión Europea de reubicar a 120.000 refugiados llegados a Hungría, Grecia e Italia.

En la cumbre de hoy, los miembros aprobarán formalmente su compromiso del pasado julio para acoger a 40.000 personas, como se ha solicitado desde Bruselas. En cuanto al reparto de las otras 120.000, el compromiso no será cerrado hasta el próximo 8 de octubre. No se descarta, no obstante, que algunos ministros anticipen los compromisos que están dispuestos a asumir, según informa Efe.

España ha adelantado que está dispuesta a acoger a las 14.931 personas que le corresponden de ese total, según el reparto de Bruselas, así como a otras 2.749 personas que ya dijo que recibiría en julio. Sin embargo, y según explica el mismo medio, la cifra genera confusión porque engloba en realidad dos propuestas distintas: una para 1.300 demandantes de asilo de los 40.000 llegados a territorio comunitario y otra para 1.449 refugiados de un cupo de 20.000 que se encuentran en terceros países de fuera de la UE, y cuya acogida no alivia en la práctica la llegada masiva de hasta 500.000 personas a la UE.

Aunque el Ejecutivo europeo pidió a España que acogiera a 4.288 personas de los 40.000 refugiados, la oferta de acoger a 1.300 representa menos de un tercio, y está por ver si España cede a la primera solicitud de asilo, aunque lo más probable es que esa decisión se retrase hasta finales de año.

Los países insisten en que para ambos esquemas de distribución sólo se tengan en cuenta los demandantes llegados a la UE un mes antes de la entrada en vigor de cada medida. Bruselas insiste en que ambos esquemas de reparto deben tener un carácter obligatorio, algo a lo que los países se han opuesto hasta ahora.

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