Varoufakis minimiza la división en Syriza y no aclara si votará en contra del acuerdo

Varoufakis minimiza la división en Syriza y no aclara si votará en contra del acuerdo

Yanis Varoufakis, exministro de Finanzas de Grecia

El exministro griego denuncia que la eurozona ha dado «un golpe de Estado» con unas demandas son «una gran afrenta a la decencia y a la razón” “Grecia consiente convertirse en un vasallo del Eurogrupo”, es la lectura que hace el exministro griego, Yanis Varoufakis, en sus “primeros pensamientos” sobre el acuerdo alcanzado entre el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras y sus socios europeos. En una nueva entrada en su blog, Varoufakis ha querido exponer sus primeras ideas tras la resaca del acuerdo, antes, aclara, de haber hablado con sus “camaradas” Alexis Tsipras y Euclid Tsakalotos, actual ministro de Economía heleno. Después de ello, añade, podrá manifestar «un juicio» sobre el acuerdo en el Parlamento.

Varoufakis, que afirma que estará sentado en las próximas sesiones del Parlamento griego para estudiar el acuerdo negociado por Tsipras y sus socios en la eurozona, cree que el verdadero problema ahora no es si unos u otros diputados de Syriza aprueban o rechazan el acuerdo de su líder. “La pregunta crucial es: ¿Tiene la economía de Grecia alguna posibilidad de recuperarse en estas condiciones?”, se pregunta Varoufakis, y concluye: “Esta es la pregunta que me va a preocupar durante las sesiones parlamentarias que se celebrarán durante las próximas horas y días. La mayor preocupación es que incluso una rendición total por nuestra parte daría lugar a una mayor profundización en una crisis sin fin”.

“Nunca antes la UE tomó una decisión que socave de manera tan fundamental el proyecto de integración europea”, escribe Varoufakis, que cree que “los líderes de Europa, según su trato a Alexis Tsipras y a su gobierno, asestaron un golpe decisivo en contra del proyecto europeo”. Denuncia que el acuerdo es «un nuevo Tratado de Versalles», y recoge las palabras de Paul Krugman, premio nobel de Economía, que afirmaba que no han sido ni los griegos ni Syriza “los que han acabado con el sueño de una Europa democrática y unida”.

Varoufakis repite el lema que durante los últimos días ha corrido como la pólvora en las redes sociales, afirmando que la cumbre de la eurozona es la “culminación de un golpe de Estado”: “En 1967 fueron los tanques de potencias extranjeras los que acabaron con la democracia griega”, relata, y añade que en 2015 “otro golpe de estado en manos de potencias extranjeras ha utilizado, en lugar de tanques, los bancos de Grecia”. “Tal vez la principal diferencia económica es que, mientras que en 1967 la propiedad pública de Grecia no fue atacada, en 2015 los poderes tras el golpe de Estado exigen la entrega de todos los bienes públicos que quedan”. Varoufakis hace referencia al fondo de 50.000 millones de euros en activos privatizables que la eurozona obliga a poner bajo vigilancia foránea y que, según el ex ministro “van a ser puestos al servivio de nuestra deuda impagable e insostenible”.

«La política de la humillación»

“Los que mandan en Bruselas, Berlín y Frankfurt han conspirado para dar la razón” a aquellos economistas que predijeron que “una unión monetaria antes que política” acabaría con la “deconstrucción” del proyecto de la UE, argumenta el exministro. “La declaración de la Cumbre del Euro de ayer se lee como un documento por el que Grecia se compromete a una rendición”, denuncia Varoufakis, para quien el acuerdo “no tiene nada que ver con la economía ni con ninguna preocupación respecto a programas de reformas capaces de levantar a Grecia”.

“Es pura y simplemente una manifestación de la política de humillación”, prosigue, e “incluso si uno detesta nuestro gobierno debe leer la lista de las demandas del Eurogrupo para ver que representa una gran afrenta a la decencia y a la razón”, concluye el exministro. Añade que el acuerdo supone una completa anulación de la soberanía nacional sin que Europa haya sido capaz de sustituirla por una voluntad supra-nacional, y advierte al resto de países de que deben tener cuidado con la UE “incluso aunque Grecia no les importe un comino”.

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