El FMI se defiende las críticas en plena negociación de un tercer rescate a Grecia

El FMI se defiende las críticas en plena negociación de un tercer rescate a Grecia

Sede del FMI

El economista jefe del FMI hace balance a pocos meses de abandonar un cargo al que accedió en 2008. En medio de las nuevas negociaciones entre Grecia y sus acreedores, el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, ha querido salir al paso de las duras críticas que han recibido las políticas adoptadas con el país heleno durante los últimos cinco años.

Estas críticas se resumen en cuatro: el programa de 2010 no hizo más que aumentar la deuda y a cambio se exigió un ajuste fiscal excesivo; el rescate se usó para pagar a los bancos extranjeros; las reformas exigidas han provocado una depresión económica; y, por último, los acreedores no han aprendido nada y siguen repitiendo los mismos errores.

Blanchard, que abandonará su cargo en octubre de este año tras haber accedido a él en 2008, señala que ya en 2010 la deuda de Grecia era insostenible, unos 300.000 millones que suponían un 130% del PIB y que se traducían en que incluso con un ‘default’ tendría que haber recortado un 10% su déficit fiscal de un día para otro. “La austeridad fiscal no era una opción, sino una necesidad”, señala.

El principal problema reside en que la reestructuración de esta deuda se retrasó dos años. En ese sentido, Blanchard justifica que “había razones” para este retraso, como las preocupaciones sobre un riesgo de contagio cuando el caso de “Lehman estaba todavía en la memoria” o la falta de muros de contención para evitar este riesgo. Sin embargo, en parte por este retraso, una parte importante de los fondos del primer rescate se usaron para pagar a los acreedores a corto plazo, especialmente bancos extranjeros, y reemplazar la deuda privada por deuda pública.

No obstante, “no sólo benefició a los bancos extranjeros, sino también a los depositantes griegos y los hogares, ya que un tercio de la deuda estaba en manos de los bancos griegos y otras instituciones financieras del país”.

Además, tal y como defiende el economista jefe del FMI, una vez que se llevó a cabo la reestructuración con la quita de un 50% a los inversores privados, los términos de los préstamos a Grecia fueron “mucho mejores”, hasta el punto de que “los pagos de intereses por parte de Grecia eran menores, como proporción del PIB, que el pago de intereses de Portugal, Irlanda o Italia”.

También se defiende de las críticas por el ‘austericidio’, ya que a su juicio la consolidación fiscal explica sólo una fracción de la caída de la producción económica griega durante la crisis, por detrás de las crisis políticas, las reformas insuficientes, la debilidad de la banca o el miedo al Grexit. En cuanto a si los acreedores han aprendido algo de los últimos años, el economista del FMI se reafirma en la necesidad de aplicar reformas y defiende que el papel de la institución en las negociaciones fue pedir ajustes específicos creíbles, y hacer explícitas las implicaciones de alivio de la deuda.

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