La cifra de 6.000 inmigrantes que llegaron solamente en los últimos días a la Unión Europea deja en claro la dimensión de los desafíos por enfrentar. Una redistribución de los refugiados en la Unión Europea sigue siendo polémica, según quedó en claro durante una reunión de los ministros del Interior de los seis países más populosos de la UE, dijo el ministro alemán del ramo Thomas de Maizière tras la conclusión de la cita en el castillo de Moritzburg.
La situación es complicada y difícil, explicó De Maizière tras el encuentro de dos días cerca de la ciudad de Dresde, en el este de Alemania. «Todavía no estamos cerca de un acuerdo», explicó, y agregó que de todas maneras no hay tiempo que perder.
De Maizière saludó la propuesta de la Comisión Europea para la redistribución de refugiados mediante cuotas. Ésta forma una buena base en el camino para una política de refugiados europea, consideró. Sin embargo, deben considerarse en mayor medida los aportes ya realizados de determinados países, aclaró.
Además, señaló, deben ser repartidos solamente los refugiados que tienen reales perspectivas de lograr asilo, como por ejemplo los refugiados por la guerra civil siria. Otros inmigrantes deben transcurrir su proceso de asilo en el primer país de acogida, opinó.
Una declaración en este sentido fue difundida por De Maizière junto con su colega francés Bernard Cazeneuve, poco antes de comenzar el encuentro en Moritzburg.
El comisario europeo de Interior, Dimitris Avramopoulos, quien participó en las deliberaciones, saludó la iniciativa germano-francesa y admitió que las conversacioens sobre el reparto de refugiados continuarán.
El comisario europeo de Interior destacó que existe acuerdo sobre la necesidad de combatir en conjunto el tráfico de personas, regresar a los refugiados que no tienen derecho a asilo e involucrar a los países de tránsito y procedencia en la solución de los problemas.
La cifra de 6.000 inmigrantes que llegaron solamente en los últimos días a la Unión Europea deja en claro la dimensión de los desafíos por enfrentar, aseguró Avramopoulos.
En tanto, el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, defendió la propuesta para el reparto de refugiados y dijo el martes en Bruselas que es ahora el turno de los estados miembro de tomar posición.
«Si tienen mejores respuestas a las preguntas, entonces me alegraré de verlas (…) Hasta ahora no vi demasiado que sea mejor que lo que hemos propuesto», dijo Timmermans. El problema no será resuelto si la UE no responde las preguntas urgentes sobre la política de asilo y la protección de fronteras, señaló.
La Comisión Europea plantea el reparto en 23 de los 28 países de la UE un total de 40.000 refugiados en dos años para aliviar a Italia y Grecia, que junto a España son los países más afectados.
De Maizière consideró que la cuestión también es si los países de la UE deben declararse dispuestos a recibir a los refugiados o comprometerse a ello.
El ministro alemán se manifestó a favor de los planes de la Comisión de erigir un campo provisional de acogida en Níger, para informarles a los refugiados africanos en su continente de origen sobre las perspectivas para que sean admitidos en Europa.
También calificó de «inaceptable» que la mitad de los refugiados siga procediendo de naciones europeas.
Otros temas de las deliberaciones, en las que también participaron parcialmente la secretaria estadounidense de Justicia, Loretta Lynch, y el subsecretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos Alejandro Mayorkas, fueron la lucha común contra el terrorismo, la criminalidad en Internet y los robos, que se han convertido en un problema sobre todo en Alemania, Francia y Polonia, según dijo De Maizière. Frecuentemente estas bandas de asaltantes son dirigidas desde estados de Europa del Este.
Europa ha visto aumentar la llegada de inmigrantes de forma dramática en los últimos años. Según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones, unos 77.224 refugiados llegaron por mar a países del sur de la Unión Europea desde comienzos de 2015.
Mientras tanto, en Francia comenzó a ser desmantelado un campo de inmigrantes en el norte de París, donde unos 350 refugiados del este de África habían establecido tiendas, algunos con la esperanza de construir una vida mejor en Europa. La mayoría de ellos procede de Eritrea y Sudán.
Al mismo tiempo, emisoras francesas reportaron que dos campos en la ciudad portuaria de Calais, donde se congregan numerosos migrantes del este de África y Siria con la intención de cruzar el Canal de la Mancha rumbo al Reino Unido, también fueron desmantelados.
Las autoridades francesas explicaron que el campamento en París presentaba problemas sanitarios.
