Los banqueros internacionales llaman a “encontrar el equilibrio entre la rendición de cuentas de los responsables políticos y la independencia frente a la presión política”. Es necesaria una mayor coordinación internacional para hacer frente a los efectos negativos que las regulaciones nacionales para evitar futuras burbujas, de acuerdo con un documento del Foro Económico Mundial que firman representantes de algunos de los principales bancos internacionales, como el presidente de UBS, Axel Weber, de HSBC, Douglas Flint, o de Swiss Re, Michel Liés, en colaboración con la consultora Oliver Wyman.
“Creemos que la perspectiva macroprudencial es necesaria para abordar el riesgo sistémico”, ya que da a los reguladores el “mandato y la responsabilidad” de centrarse no sólo en las entidades reguladas, sino también la posibilidad de tener “una perspectiva más amplia” sobre los riesgos a los que está expuesto el sistema financiero. Por ello, las políticas macroprudenciales “deben desempeñar un papel importante dentro de la regulación financiera para ayudar a lograr el equilibrio adecuado entre la estabilidad financiera y el crecimiento económico”, señalan los grandes banqueros internacionales.
Sin embargo, los firmantes del documento recuerdan que “es esencial” que todas las partes interesadas sean “conscientes de los límites de nuestro conocimiento actual sobre el impacto de la aplicación de políticas macroprudenciales”, así como de “los riesgos” que pueden generar y las “ventajas y desventajas” para la sociedad.
“Aún no está claro hasta qué punto serán efectivas las herramientas prudenciales y monetarias a la hora de limitar el riesgo sistémico y cómo pueden afectar a la economía real, especialmente en las economías avanzadas con los sistemas financieros cada vez más complejos”, razón por la cual “se necesitan más estudios de investigación y de impacto sobre su uso prudente”.
Los grandes banqueros consideran que la gobernanza será un factor clave del éxito para la regulación macroprudencial. De hecho, si se diseñan “de forma incorrecta o están mal coordinadas”, estas medidas “podrían ser una fuente de riesgo sistémico”.
“En particular, la estructura institucional tiene que encontrar el equilibrio adecuado entre la rendición de cuentas de los responsables políticos y su independencia con respecto a la presión política”. “Del mismo modo, será necesaria una mayor coordinación internacional con el fin de limitar los posibles efectos secundarios”, destacan.
