La ‘traición’ del tesorero: una crónica del descabezamiento del UKIP

Reino Unido

La ‘traición’ del tesorero: una crónica del descabezamiento del UKIP

Nigel Farage, líder de UKIP

El político conservador que ha conseguido hacerse con el escaño de Nigel Farage en el sureste de Inglaterra es un antiguo miembro del partido antieuropeo. La culpa de que Nigel Farage, el carismático líder del partido antieuropeo UKIP, se retire de la primera línea de batalla no la tiene ni la victoria en las urnas del conservador David Cameron ni tampoco el número de votos conseguidos por su formación (un 12,6% del total). La tiene su antiguo vicepresidente y ex tesorero del partido: Craig MacKinlay.

MacKinlay abandonó el UKIP en el año 2005 para pasarse a los conservadores de Cameron. Según aclaró él mismo antes de la cita con las urnas, dejó el partido de Farage “porque favorecía a los laboristas”. “No he cambiado mis ideas pero en 2005 los conservadores volvieron a ser lo que eran. Solo un partido puede proporcionar un referéndum sobre Europa y es el Partido Conservador. Solo puede haber dos primeros ministros: David Cameron o Ed Miliband. En estas elecciones se trata de elegir entre conservadores y laboristas”, explicó el pasado 11 de abril en unas declaraciones recogidas por el diario El País.

Y resulta que MacKinlay y Farage, antaño compañeros de filas, han competido este jueves por el mismo escaño: el de South Thanet, deprimida comarca costera del sureste de Inglaterra. Pero contra los pronósticos manejados por el partido antieuropeo, la victoria ha ido a parar al candidato conservador, cuyos 18.000 votos han dejado a Farage -16.026 votos- sin sitio en el Parlamento y forzando su dimisión como líder de una formación que en las elecciones europeas de hace un año consiguió más del 26% de las papeletas.

La derrota personal de Farage podría sumir al UKIP en una crisis interna de dimensiones desconocidas. Aunque el partido ha conseguido hacerse con más del 12% de los votos convirtiéndose en la tercera fuerza política del país, por culpa del sistema electoral británico sólo ha conseguido un asiento en el Parlamento, el de Douglas Carswell en Clacton. De hecho, además de no conseguir el escaño en South Thanet, el partido antieuropeo tampoco ha logrado hacerse con los de Thurrock, Castle Point y Great Grimsby, que eran los más asequibles según los estudios manejados por la propia dirección del UKIP.

Por este motivo no son pocos los simpatizantes que se preguntan ahora quién va a tirar de la formación en el futuro para compensar la escasa visibilidad parlamentaria que les espera. El propio Farage, aunque no ha confirmado una retirada definitiva, ya ha anunciado que desaparecerá de la vida política nacional hasta después del verano, por lo menos.

Un error de cálculo

No son pocos los expertos que explican la victoria de MacKinlay sobre Farage aludiendo a la procedencia de ambos; a diferencia del líder ultranacionalista el conservador sí es una persona de la localidad que presume de haber visitado más de 20.000 hogares y que, además, se ha beneficiado de una serie de inversiones económicas en la región comprometidas por el propio Gobierno de Cameron.

La pregunta que surge ahora es por qué desde el UKIP se decidió que Farage pelease por el escaño de South Thanet sin ser natural del lugar y con un ecosistema tan aparentemente adverso. Resulta que los estrategas del partido decidieron hace unos meses que este era el lugar adecuado para obtener el escaño debido a que la popular diputada conservadora local que representaba en Westminster a esta circunscripción había decidido no presentarse “por motivos personales”. No contaban, al parecer, con la aparición de su antiguo tesorero.

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