Fuentes especializadas consultadas por la prensa local aseguran que sólo el martes, un día después del último Eurogrupo, los bancos helenos perdieron 900 millones. Empezó a notarse en diciembre. Cuando el anterior primer ministro, Antonis Samarás, se vio obligado a convocar elecciones anticipadas los bancos griegos perdieron de golpe 3.000 millones de euros. Dicha cifra aumentó en enero hasta los 12.000 millones de euros, según las estadísticas manejadas por JP Morgan. Y sigue.
Las últimas cifras son de la periodista Dody Tsintar, y han sido citadas en la cadena estadounidense CNBC. En total, los bancos griegos han perdido desde el pasado mes de diciembre 25.000 millones de euros en concepto de fuga de depósitos. Y la velocidad aumenta conforme pasan las horas y el nuevo gobierno heleno, liderado por Syriza, no logra convencer a sus socios europeos de que renegocien las condiciones bajo las cuales el país mediterráneo ha recibido asistencia financiera desde el 2010.
De hecho, fuentes especializadas citadas por los medios griegos señalan que sólo el pasado martes, un día después de la fallida reunión del último Eurogrupo (que, para sorpresa de los corresponsales destacados, sólo duró un par de horas), los bancos locales sufrieron una pérdida de 900 millones de euros.
En verdad la situación, aunque en esta ocasión no se ha expandido por otras regiones europeas, es grave. Algunos socios europeos de Atenas, por no mencionar directamente a Alemania, quieren que el joven primer ministro Alexis Tsipras pida una prórroga del rescate financiero bajo las mismas exigencias de imponer austeridad a la ciudadanía griega. Tsipras, por su parte, quiere cancelar esa ayuda financiera y sustituirla por un préstamo puente que requiera el cumplimiento del 70% de los recortes establecidos, mientras que el otro 30% se alteraría en beneficio del crecimiento económico de Grecia. El puso continuará este viernes.
