Será difícil que bancos y aseguradoras europeas estén dispuestos a vender, ya que supondría reinvertir a menores rentabilidades, señala Morgan Stanley. El pasado mes de enero, el Banco Central Europeo (BCE) desató el optimismo de los mercados al anunciar un programa de compras de bonos de 60.000 millones de euros mensuales que se pondrá en marcha el próximo marzo. Sin embargo, los analistas comienzan a preguntarse si los hombres de Draghi podrán cumplir este ambicioso objetivo que se han marcado.
Los analistas de Morgan Stanley analizan en un informe las dificultades que podría encontrarse el BCE en su intento de cumplir con el objetivo de comprar 60.000 millones de euros de deuda soberana.
En concreto, según señalan estos expertos, pese a sus intenciones de hacer estas compras, Draghi podría encontrarse problemas a la hora de buscar vendedores. Tal y como consideran, será difícil que bancos y aseguradoras europeas (principales tenedores de deuda soberana europea) estén dispuestos a vender, ya que supondría reinvertir a menores rentabilidades.
A esta dudosa rentabilidad de negocio para bancos y aseguradoras, se une además la presión regulatoria de mantener reservas de activos de alta liquidez, como son este tipos de bonos, lo que también desincentivaría las ventas, señala Morgan Stanley.
Por ello, los expertos del banco de inversión estadounidense consideran que para lograr el objetivo de compras de 60.000 millones mensuales, el BCE tendrá que aumentar el límite del 25% por emisión que se había impuesto, o bien comprar otros activos, como los ‘covered bonds’ (cédulas hipotecarias), ABS o créditos IG (grado de inversión).
El BCE comenzará a comprar activos en marzo de 2015 y continuará haciéndolo hasta septiembre de 2016, a un ritmo de 60.000 millones de euros mensuales, un ‘manguerazo’ de 1,14 billones de euros que elevará el balance del BCE desde los actuales 2,15 billones hasta casi 3,2 billones de euros.
