El derribo del vuelo MH17 puede empujar a la UE a una guerra económica con Rusia

Malaysia Airlines

El derribo del vuelo MH17 puede empujar a la UE a una guerra económica con Rusia

Boeing 747-400 de Malaysia Airlines

La muerte de los casi 300 pasajeros del vuelo comercial derribado el jueves puede radicalizar las posturas. El derribo en la zona oriental de Ucrania, controlada por los rebeldes afines a Rusia, del avión comercial que operaban conjuntamente Malaysia Airlines y KLM, y que cubría la ruta entre Ámsterdam y Kuala Lumpur, podría suponer un punto de inflexión en la crisis ucraniana ocho meses después del inicio de la misma.

Este conflicto, que enfrenta a Kiev con la llamada región del Donbas, no es una cuestión interna. Del lado de Kiev se encuentran las potencias occidentales, con Washington a la cabeza, mientras que del lado de Donetsk se encuentra Moscú. Hasta el momento las grandes potencias han mantenido conversaciones diplomáticas tensas de las que, en ocasiones, han surgido sanciones económicas discretas. Y poco más, pese a que sobre el terreno los ucranianos nacionalistas y los ucranianos prorrusos sí han mantenido -y mantienen- enfrentamientos militares.

En cualquier caso, la buena disposición de Vladimir Putin a no intervenir militarmente en la zona hacía pensar a los analistas internacionales que la cuestión podría resolverse sin grandes aspavientos en los próximos meses, según se fuese apaciguando el conflicto armado localizado en la frontera del Donbas. Sin embargo, con el derribo del avión, que ha dejado tras de sí cerca de 300 cadáveres (la mayoría holandeses, aunque también había británicos, belgas, alemanes, canadienses, filipinos, australianos, malasios e indonesios, entre otras nacionalidades todavía no identificadas), el enfrentamiento diplomático bien podría radicalizarse en los próximos días.

Aunque al cierre de estas líneas no se había certificado todavía quién es el responsable de haber lanzado el misil, ya que lejos de reconocer ninguna autoría tanto el ejército ucraniano como los rebeldes se han acusado mutuamente del desastre, la mayoría de los indicios apuntan a que éste salió del bando prorruso.

Los analistas de inteligencia estadounidenses citados por la agencia Reuters consideran que este suceso puede cambiar las reglas del juego, que hasta ahora se ha desarrollado en una calma tensa. Con centenares de europeos muertos, si finalmente se confirma la autoría de los rebeldes la Unión Europea podría tomar la determinación que hace meses apuntaron los expertos citados por la agencia Bloomberg: adoptar sanciones económicas radicales contra Rusia. En otras palabras: detener las importaciones de gas y petróleo ruso. Estas importaciones suponen unos ingresos anuales para Moscú del entorno de los 160.000 millones de dólares y sin ese dinero el líder ruso, que ha conseguido a día de hoy batir un récord de popularidad en su país, podría comenzar a tener problemas internos. Claro que el coste iría en ambas direcciones, ya que la dependencia energética del Viejo Continente para con Rusia es enorme.

Hasta el momento los líderes europeos, continúan las fuentes de Reuters, no tenían la fuerza necesaria como para emprender acciones de semejante calibre. Su electorado, bastante ajeno al conflicto ucraniano, no parecía dispuesto a asumir ningún coste adicional por interferir en la zona. Pero ahora las cosas pueden haber cambiado tras la caída del avión y sus dramáticas consecuencias. Un avión en el que, por cierto, viajaba un centenar de expertos en materia de Sida y VIH que se dirigían a una conferencia internacional sobre estas enfermedades.

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