Nuestra nieta vietnamita Bao Chau.
Todo al revés de a la estrategia cubana, donde prima el concepto sacrosanto de la empresa estatal socialista como motor impulsor.
Y como que todo debe ser verificado, hasta Hanoi fue la consulta hacia un vietnamita colega y amigo que no tardó ni cinco minutos en responder ante el silencio de la agencia VNA en La Habana: “Es cierto ese artículo”.
Y lo ha dicho To Lam, secretario general del partido comunista de esa nación: “¡El sector privado debe ser la fuerza pionera, constructora de una base de desarrollo sostenible!”.
Obviamente, palabrita que le agrada sobremanera a mi hija estudiante universitaria, aquí las autoridades tomarán al bloqueo imperial como coraza para evadir de paso errores internos cuando en honor a la verdad, ambos son los máximos responsables de tantos tropiezos y dificultades en una economía que no acaba de levantar cabeza.
Durante mucho tiempo ha apestado el término privado. Recuerdo que, en 1986, cuando comenzó ese proceso denominado Doi Moi, las máximas autoridades cubanas guardaban total silencio y hasta llegaron a manifestar públicamente que “Vietnam estaba muy lejos”. Si no me juega una mala pasada la memoria, fue Carlos Lage, vicepresidente del Consejo de Estado, quien lo advirtió ante el Parlamento luego de un recorrido por esa hermana nación.
En los últimos tiempos se nota un ligero cambio de mentalidad. Ya algunos lo dicen por lo claro, sector privado, mientras que otros con grandes responsabilidades lo enmascaran en ese bolso al que llaman “formas no estatales”. Dicho de otro modo, no existen empresarios, sino “TCP”, Trabajadores por Cuenta Propia.
De acuerdo a la nota, Vietnam “desde una economía difícil en 1989 (ingreso de 96 USD per cápita), Vietnam avanza hacia el grupo de ingresos medianos altos (5.000 USD per cápita) en 2025, fruto del liderazgo sabio del Partido, el espíritu laboral creativo del pueblo y la contribución colosal del sector privado”.
“Debemos eliminar todas las barreras para impulsar la economía privada”, ha sostenido la máxima autoridad partidista.
En la actualidad, Vietnam dispone de cerca de un millón de empresas privadas, más de cinco millones de negocios familiares, que representan más del 82% del total de la fuerza laboral de la economía y es el propio partido quien lleva la voz cantante hasta parar llevar a un corrupto a un pelotón de fusilamiento.
Hay mucha tela por donde cortar. El tema merece polémica y esclarecimiento de los políticos y economistas afines al socialismo porque algo dejaron por sentado los clásicos del marxismo cuando recalcaron aquello de los fundamentales medios de producción y nunca jamás, todo bajo control del Estado.
Como decimos en buen cubano, lo de To Lam es como mencionar la soga en casa del ahorcado.
La reunión del pasado viernes entre Donald Trump y Volodímir Zelenski se convirtió en un…
Desde Washington, Trump empuja con fuerza simbólica y literal. “¡Op Op!”, parece gritar mientras intenta…
El videojuego se mantiene como el principal motor del ocio digital en España. El salto…
Este recorrido selecciona los mayores golpes por valor, repercusión e impacto patrimonial, con foco en…
La frágil tregua entre Israel y Hamás atraviesa su momento más crítico desde que fue…
El alto el fuego impulsado por la administración de Donald Trump pretendía poner fin a…