El beneficio neto ajustado de la eléctrica presidida por Ignacio Sánchez alcanzó los 5.530 millones de euros el año pasado, un 15% más que el beneficio neto reportado de 2023.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) creció un 17% en 2024, hasta 16.848 millones de euros, impactado por los ingresos de la desinversión de los activos de generación térmicos y debido al fuerte desempeño operativo por mayor base de activos y mejores retornos obtenidos en el negocio de redes, así como por mayor producción con mejores precios, junto con una normalización de los márgenes en el negocio de Producción de Electricidad y Clientes.
En cuanto a las inversiones de la energética, aumentaron de forma orgánica un 5%, hasta los 11.946 millones de euros, récord del grupo y, adicionalmente, se desembolsaron unos 5.000 millones de euros de caja en las transacciones corporativas de ENW (Reino Unido) y de Avangrid (Estados Unidos), fondos obtenidos de la desinversión de los activos de generación térmicos, continuando así con una estrategia centrada en las redes como prioridad y con un enfoque selectivo en renovables.
Con estos resultados, el consejo de Iberdrola propondrá a la junta general de accionistas una remuneración complementaria de 0,404 euros brutos por acción, a los que hay que sumar el dividendo a cuenta de 0,231 euros brutos por acción abonado en enero. De esta forma, la empresa repartirá 0,635 euros por acción con cargo a los resultados de 2024, lo que supone un incremento del 15%, alcanzando así con dos años de antelación su objetivo de retribución al accionista de 2026.