El plan fiscal impulsado por Donald Trump, aprobado por el Senado y pendiente de ratificación en la Cámara Baja, ha desatado una ola de críticas por parte de organizaciones de derechos humanos. La más contundente ha sido Human Rights Watch (HRW), que denuncia que este presupuesto extiende recortes que afectan a los más vulnerables y deteriora servicios públicos clave, como la salud. La votación, marcada por una fuerte división, deja a los republicanos frente a una decisión clave antes del 4 de julio.
HRW: “Un presupuesto que perjudica los derechos humanos”
En un comunicado publicado este martes, Human Rights Watch alertó que el plan fiscal del presidente de EEUU, Donald Trump, “extendería los recortes fiscales que benefician desproporcionadamente a las familias más ricas del país, a la vez que reduciría el gasto en salud y otros programas públicos esenciales para los derechos humanos”.
Según Matt McConnell, investigador de justicia económica y derechos de HRW, “es espantoso que el presidente Trump haya hecho campaña para sanear la economía, pero esté presentando un presupuesto que obliga a la gente común a pagar con su salud por exenciones fiscales para millonarios”.
La organización advierte que, de aprobarse este plan, “privaría a millones de personas de su cobertura de seguro médico y perjudicaría derechos de muchas otras maneras”.
Una Cámara dividida ante la presión del 4 de julio
El proyecto, que ya ha sido aprobado por el Senado, debe ser revisado ahora por la Cámara de Representantes, donde los republicanos mantienen una estrecha mayoría. La presión para que el texto esté listo antes del 4 de julio es máxima, ya que la firma presidencial permitiría a Trump anotarse un logro legislativo simbólico en una fecha clave.
Votación ajustada y grietas en el Partido Republicano
El Senado aprobó el texto por la mínima: 51 votos a favor y 50 en contra, gracias al voto de desempate del vicepresidente JD Vance. La votación estuvo marcada por un largo debate de más de 24 horas y por las fisuras dentro del bloque republicano: tres de sus 53 senadores votaron en contra del texto.
El proyecto, que incluye mayores fondos para defensa y control migratorio, así como nuevas restricciones al gasto público, añade 3,3 billones de dólares a la deuda pública en una década, según cálculos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO). Esa cifra supera ampliamente los 2,4 billones que preveía la versión aprobada en mayo por la Cámara Baja.
Recortes a salud pública y aumentos en defensa
El plan busca prolongar los recortes presupuestarios del primer mandato de Trump (2017-2021). Mientras reduce inversiones en salud y protección social, destina más fondos al gasto militar y a medidas de control migratorio, una estrategia que ha generado controversia incluso dentro del propio Partido Republicano.
McConnell concluye que Estados Unidos merece un sistema de salud que garantice el derecho humano a la atención médica, y un presupuesto que lo haga posible.