En el Día Mundial de la Contraseña, la compañía de soluciones de seguridad McAfee ofrece algunas recomendaciones para que las claves sean más efectivas. El ‘Hearthbleed’, el mayor fallo de seguridad en Internet, descubierto hace unas semanas, puso de manifiesto la vulnerabilidad y fragilidad de la Red. Poco después salió a la luz una enorme brecha en el navegador Internet Explorer que originó varios ataques por parte de los ‘ciberdelinceuntes’. En un panorama en el que los ataques cada vez son más sofisticados y se producen más agujeros, una contraseña de máxima seguridad es necesaria e imprescindible para los internautas puedan navegar sin problemas ni temores.
Sin embargo, según alerta la compañía de servicios y soluciones de seguridad McAffe, el 90% de las claves de los usuarios son vulnerables. Pese a los peligros a los que nos enfrentamos en Internet, ‘123456’ y ‘password’ siguen siendo las contraseñas más utilizadas.
“Las brechas de seguridad están incrementándose en todo el mundo, de manera que los consumidores necesitan conocer la importancia de la protección a través de contraseña como barrera para prevenir ataques”, apunta Michelle Dennedy, directora de privacidad de la compañía.
Por ello, han propuesto una serie de recomendaciones para ayudar a los internautas a elegir las claves más seguras para su experiencia en la Red, en el marco del Día Mundial de la Contraseña:
En primer lugar McAfee aconseja anteponer la longitud de la contraseña a la complejidad. En este sentido, apunta que lo mejor es utilizar claves de 14 caracteres o más.
Para estos caracteres, es recomendable combinar códigos alfanuméricos, mayúsculas y minúsculas.
Por ello, desde la empresa de seguridad informática desaconseja utilizar claves de una sola palabra, pues son más fáciles de descifrar.
Lo mismo ocurre con contraseñas demasiado sencillas, como la citada ‘123456’.
Es conveniente también utilizar un gestor de contraseñas.
Se aconseja además utilizar diferentes contraseñas para cuentas bancarias, correo electrónico y otros sitios y cambiar la contraseña con regularidad.
No se deben utilizar fechas señaladas o datos significativos que puedan encontrarse en Internet, como la fecha o el lugar de nacimiento.
Por último, no hay que compartir las contraseñas, ni enviarlas por mensaje de texto o email.
