La demanda de Windows 8 a 15 meses de su lanzamiento se ha quedado por debajo de las ventas de Windows 7 en su primer año. Windows 8 nació como una apuesta para cambiar radicalmente los sistemas operativos de Microsoft, pero la idea no ha terminado de cuajar entre los usuarios. Son las cifras las que hablan: en los primeros 15 meses desde su lanzamiento acumuló más de 200 millones de licencias, pero se quedó por detrás de Windows 7 en términos de ventas durante el primer año.
Según ha apuntado Tami Reller, jefe de comercialización de la empresa de software, en una conferencia tecnológica organizada por Goldman Sachs, la versión anterior vendió 240 millones de licencias en sus primeros doce meses en el mercado.
Hay que tener en cuenta además que, muchos usuarios, en especial empresas, a pesar de haber adquirido la licencia para Windows 8, han decidido no instalarlo en sus ordenadores y mantener el anterior, con el que están más familiarizados.
La escasa penetración del último sistema operativo de Microsoft se refleja además en la caída de las ventas de PCs con software de la compañía en los últimos tiempos.
No hay más que ver las estadísticas, según un informe de NetMarketShare, del que se han hecho eco varias agencias, sólo un 11% de los usuarios de ordenadores personales a nivel mundial están utiliza Windows 8 o su actualización 8.1. El 48% continúa con Windows 7, mientras que el 29% se decanta Windows XP.






