La guía Michelin ha decidido darles algo de «libertad» a los revisores que dan las estrellas a los restaurantes. Lo normal es que escondan su trabajo incluso a amigos para que los restaurantes jamás averiguaran su identidad. Ahora estos revisores participarán en redes sociales, sin incluir su foto, y harán críticas gastronómicas y anunciarán dónde van a ir a cenar.
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