En menos de siete días, el futuro de RIM, el fabricante de Blackberry puede volver a brillar u oscurecerse para siempre. La expectación es máxima ante la próxima convención de la firma que tendrá lugar esta misma semana en la ciudad californiana de San José, evento en el que la compañía se la juega todo a un cañonazo final para encontrar su sitio en el mercado de los smartphones tras la llegada del iPhone5.
La presión se ve aumentada, además, porque la empresa presentará resultados el día 27 de septiembre y no se espera que las cifras sean demasiado buenas, lo que puede contribuir a que se mantenga el desplome de su cotización en los mercados bursátiles donde ya se ha dejado casi un 70% de su valor en lo que va de año.
La carta a jugar es la esperada Blackberry 10 que, sin embargo, no llegará a las tiendas hasta el próximo año. RIM parece haber admitido la pérdida de la campaña de navidad en aras de poner en el mercado un terminal revolucionario que cambie el curso de un partido, en el que los teléfonos de Apple, los de Samsung y hasta el nuevo Lumia de Nokia parecen llevar mucha delantera.
Sin embargo, a pesar de las negras perspectivas, algunos analistas consideran que no debería darse por muerta a la compañía, por lo menos no todavía. Al fin y al cabo, las blackberrys fueron los primeros ‘smartphones’ y otras empresas como la propia Apple, que fueron dadas por muertas, han experimentado una gloriosa resurrección.
