Estos dispositivos se están convirtiendo en un medio muy útil y más económico que los helicópteros y avionetas a la hora de buscar hidrocarburos. Repsol ha realizado su primera prueba piloto con un dron durante la revisión de una de las antorchas en su complejo portugués de Sines para obtener imágenes en alta resolución y evaluar el estado de unas estructuras que superan los 100 metros de altura. Los vuelos experimentales se extenderán en los próximos meses a los complejos de Cartagena y Puertollano, ya que los resultados han sido prometedores.
La compañía energética estudia, de esta manera, cómo el uso de estos aviones no tripulados puede evitar riesgos laborales y ahorrar costes durante la planificación de las paradas de mantenimiento de sus plantas industriales.
Además, el equipo de Tecnologías de la Información de Repsol investiga también aplicaciones futuras para estos artilugios en campos muy diversos, desde la inspección de plataformas petrolíferas en el mar a su utilización para el envío de paquetería entre instalaciones remotas o como repetidores para transmitir datos durante sus campañas de exploración, según han señalado en una nota de prensa.
De esta manera, el empleo de drones se generalizará entre las empresas de Oil&Gas, ya que está considerada como una de las tecnologías con mayor proyección entre los próximos años. “El rápido desarrollo de estos robots aéreos y el abaratamiento de sus costes hará más fácil cartografiar posibles yacimientos, detectar fugas y vigilar infraestructuras”, han destacado en el comunicado.
Los dispositivos pueden equiparse con sensores de gas, cámaras termo-gráficas o equipos de vídeo en HD y procesar automáticamente la información reconociendo patrones e imprevistos.
También han señalado que en la búsqueda de hidrocarburos, estos dispositivos se están convirtiendo en un medio muy útil y más económico que helicópteros o avionetas para mapear el fondo submarino y otros lugares de difícil acceso. Además, las autoridades de EEUU y de la UE han anunciado normativas que permitirán un uso más amplio de los aviones no tripulados con fines civiles y comerciales. Como anticipo de las tareas que estos robots voladores podrán realizar, la Administración Federal de Aviación de EEUU ha concedido la primera autorización para que un dron inspeccione los casi 2.000 kilómetros de tuberías de una explotación petrolera en Alaska.






