En el octavo aniversario del éxodo, António Guterres subraya que los rohingya siguen atrapados entre nuevas dinámicas de violencia y falta de protección regional. En su mensaje, reclama solidaridad internacional, financiación y una salida política que incluya de manera significativa a la comunidad rohingya, con el objetivo de crear condiciones para un retorno voluntario, seguro, digno y sostenible a Birmania.
Ocho años después: violencia, expulsiones y reclutamiento forzoso
El deterioro en Rakhine se ha intensificado con combates entre el Ejército de Birmania y el Ejército de Arakan, que se traducen en desplazamientos internos, restricciones de movimiento y reclutamiento forzoso de civiles, incluidos jóvenes rohingya. Persisten además los informes de rechazos en frontera, expulsiones y deportaciones en países de tránsito, que han encendido las alarmas por posibles violaciones del principio de no devolución.
La población rohingya sigue atrapada entre la guerra y la ausencia de vías legales de protección
En paralelo, más de medio millón de rohingya permanecen en Rakhine bajo severas restricciones y en condiciones humanitarias críticas, mientras que la región registra nuevas oleadas de llegadas por mar y por tierra ante la falta de garantías de seguridad.
Financiación en caída: escuelas cerradas y raciones recortadas
La falta de fondos ha obligado a reducir servicios esenciales. Los recortes en los campamentos de Cox’s Bazar han cerrado miles de centros de aprendizaje y han dejado sin escuela a cientos de miles de menores, mientras las raciones alimentarias han sido recortadas a niveles mínimos. Las agencias alertan de un “riesgo de generación perdida” por el colapso educativo y la desnutrición.
Los recortes de ayuda están dejando a miles de niños sin educación y con menos comida
El llamamiento de emergencia para 2025 necesita más recursos y la respuesta humanitaria se ha visto obligada a hiperpriorizar: se sostienen actividades de supervivencia, pero se sacrifican programas de protección, educación y medios de vida. Guterres urge a revertir esta tendencia y a sostener una financiación previsible y plurianual.
Retorno seguro y conferencia del 30 de septiembre: lo que está en juego
Guterres confía en que las partes “interesadas en el cese de la violencia y en un proceso político viable” den pasos concretos para crear condiciones de retorno. La Conferencia de Alto Nivel del 30 de septiembre en Nueva York busca movilizar compromisos y un plan con plazos para una solución duradera que incluya a los rohingya, aborde las causas profundas y garantice ciudadanía, seguridad y libertad de movimiento.
El retorno solo será posible con garantías de ciudadanía, seguridad y libre circulación
Mientras tanto, el respeto estricto del Derecho Internacional Humanitario, el acceso sin trabas de la ayuda y el fin de las expulsiones y devoluciones son condiciones inmediatas para frenar la emergencia.
La crisis rohingya en cifras (2025)
Indicador | Dato |
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Refugiados rohingya en Bangladesh (Cox’s Bazar+Bhasan Char) | 1.133.981 |
Rohingya que permanecen en Birmania (principalmente en Rakhine) | 634.000 |
Rohingya en otros países de la región (India, Indonesia, Malasia, Nepal, Tailandia) | >130.000 |
Llamamiento conjunto 2025 para Bangladesh (JRP, primer año) | 934,5 millones de dólares |
Ración mensual por persona (abril 2025, ayuda alimentaria) | 6 dólares |
Centros de aprendizaje cerrados en 2025 en los campamentos | 4.500 |
Menores rohingya sin acceso a educación por cierres | 227.500 |
Ocho años después, el mensaje es inequívoco: sin protección efectiva, financiación suficiente y una ruta política que devuelva derechos y ciudadanía a los rohingya, la crisis seguirá cronificándose. La cita del 30 de septiembre será un termómetro de la voluntad internacional: de ella debe salir un compromiso realista y verificable para que el regreso sea voluntario, seguro, digno y sostenible.