Las conexiones entre el pop, el rock y la música tradicional son habituales desde siempre en el universo anglosajón que, desde la década de los cincuenta del pasado siglo marca las tendencias culturales del mundo. Pero eso no ocurría en la Península Ibérica. Al menos, hasta la aparición de artista singulares como Guadi Galego.
Con una sólida formación clásica y un curriculum vitae sólido, que incluye diez año de estancia como cantante y gaitera en Berrogüetto, la cantautora gallega, bien podría ser una figura equivalente a lo que representan en otros países respetables damas como Mary Black o Emmylou Harris, por poner dos ejemplos.
Una artista capaz de tender puentes efectivos que faciliten el tránsito entre los cantares ancestrales, el pop rock ligero y la canción de autor. Galego escribe buenas canciones, con textos cuidados y melodías memorables, y las canta con una voz llena de matices y sensibilidad que puede crear adicción. Al menos a los oyentes sensibles.
Su carrera en solitario incluye ya tres referencias, ‘Benzón’, ‘Lúas de outubro e agosto’ y el más reciente ‘O mundo está parado’, que incluye diez canciones, compuestas por en su mayoría por la propia Galego, que, en esta ocasión, canta también tres temas de Carlos Abal y uno de Pachi García, el productor del álbum.
Y, por el momento, Galego crece a ojos vista disco a disco. En su último álbum mantiene sus constantes estilísticas pero se muestra más directa que otras veces a la hora de reflejar el mundo que la rodea. Siempre desde una visión reflexiva e interiorizada en la que muchos oyentes pueden verse reflejados.
Tras presentar el disco en las principales localidades de Galicia, Galego inicia ahora una gira que pasará por unas cuantas ciudades españolas y que arrancará en Madrid, el próximo 7 de abril, sobre el escenario del Café Berlín. Una buena ocasión para disfrutar en directo de una de la música universal de esta artista gallega. Merece la pena.
