Greenpeace pide desactivar la «bomba de carbono» más grande de Norteamérica

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Greenpeace pide desactivar la «bomba de carbono» más grande de Norteamérica

"Se prevé que la Cuenca Pérmica, ubicada en Texas y Nuevo México, registre la mayor parte de la producción expandida de petróleo y gas de América del Norte".

Greenpeace Madrid

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La organización ambientalista Greenpeace reclamó este lunes el compromiso de los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de México, Andrés Manuel López Obrador, para desactivar «la bomba de carbono más grande de Norteamérica», frenando todo nuevo desarrollo de petróleo y gas en la llamada Cuenca Pérmica.

«Se prevé que la Cuenca Pérmica, ubicada en Texas y Nuevo México, registre la mayor parte de la producción expandida de petróleo y gas de América del Norte. Como la bomba de carbono más grande de América del Norte, ni los EEUU ni el mundo pueden cumplir sus objetivos climáticos sin su desactivación», alertó Greenpeace en un comunicado.

A propósito de la Cumbre de Líderes de América del Norte que acoge este país, la organización ecologista fundada en 1971 pidió que EEUU, México y Canadá aumenten las inversiones en energías renovables y aseguren «una transición justa para los trabajadores y las comunidades involucradas» en los la extracción y producción de combustibles fósiles.

«Los objetivos climáticos actualizados de México solo se pueden lograr si tanto México como EEUU ponen fin a la explotación de la Cuenca Pérmica», indica el posicionamiento, escrito por Gustavo Ampugnani, director ejecutivo de Greenpeace en este país latinoamericano.

Ante esa estimación, las filiales de Greenpeace en dichos países «harán campaña en todos los frentes hasta que los presidentes López Obrador y Biden pongan su dinero donde están sus dichos», agrega la nota.

IMPACTO DE LOS COMBUSTIBLES FÓSILES

La Agencia Internacional de Energía considera que «no se puede invertir más en nueva producción de petróleo, gas o carbón si se quieren evitar los peores efectos de la crisis climática» al mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados centígrados.

El Programa de la Organización de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente sostiene que «la producción de combustibles fósiles debe disminuir un 6 por ciento por año para limitar el calentamiento global.

Un futuro para que el planeta sea habitable significa dar fin a la «imprudente expansión» de la extracción de petróleo y el gas en la Cuenca del Pérmico, exige Greenpeace.

«La industria del petróleo y el gas ha encendido una mecha en la bomba de carbono de la Cuenca Pérmica que amenaza con hacer estallar cualquier esperanza de un futuro vivible en la Tierra», dicen los ecologistas.

La tecnología para enfrentar la crisis climática ya existe, por lo tanto «es hora de que los presidentes Biden y López Obrador se comprometan a poner fin a la explotación y destrucción de nuestras comunidades a manos de la industria del petróleo y el gas», sostienen los ambientalistas.

La emergencia climática se manifiesta desde la sequía y las olas de calor récord, hasta las tormentas e inundaciones cada vez más fuertes y frecuentes, describe el pronunciamiento ante la Cumbre de Norteamérica.

«Es hora de que (Biden) cumpla con su palabra iniciando con la eliminación gradual de los combustibles fósiles y declarando una emergencia climática», concluye John Noel, campañista de clima de Greenpeace EEUU.

Greenpeace lamenta que, a medida que ambas naciones enfrentan mayores amenazas por la crisis climática, los líderes de EEUU y México «continúan incentivando a la industria de los combustibles fósiles» para que aumente la producción de petróleo y gas en la Cuenca del Pérmico.

Además, dan luz verde a los proyectos de infraestructura de combustibles fósiles contaminantes que resultan en décadas de emisiones de carbono.

Desde las operaciones de perforación y refinación en Texas hasta los oleoductos que transportan petróleo y gas del Pérmico a través de México, la industria de los combustibles fósiles pone en peligro la salud y la seguridad de las comunidades en cada etapa del proceso de producción petrolera y gasífera, alerta Greenpeace.

En 2022, EEUU se convirtió en uno de los principales exportadores de gas natural licuado y alrededor del 70 por ciento del suministro de gas natural de México se cubre con las importaciones de gasoductos de la potencia norteña.

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