Europa enfrenta en 2025 una grave tormenta perfecta: olas de calor extremas, sequía persistente y una gestión forestal que no logra prevenir incendios de gran superficie.
Según el EFFIS, la superficie quemada hasta el 15 de julio supera el doble de la media a largo plazo. En este escenario, países del sur como Turquía, Rumanía, Grecia y Francia afrontan grandes siniestros, aunque España logra reducir notablemente su masa forestal afectada al limitarse a poco más del 10 % de la superficie quemada en la UE.

La «tormenta perfecta» que arrasa Europa
Las causas del aumento de incendios de gran superficie son bien conocidas: el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero ha prolongado los veranos y aumentan las áreas afectadas por sequías, convirtiendo los bosques en combustible fácil.
Con 231.539 ha quemadas hasta el 15 de julio (frente a una media de 105.586 ha), la UE afronta incendios tempranos y numerosos —1.230 incendios frente a 478 de media para estas fechas— impulsados por condiciones anómalas desde febrero y marzo.
La superficie quemada en Europa hasta el 15 de julio es un 119 % superior a la media histórica; los incendios también se disparan en número y duración
La situación en España
- Superficie quemada: 20.893 ha en España entre el 1 de enero y el 3 de julio, representando el 10,2 % del total de la UE.
- Comparativa histórica: es un 73,8 % inferior a la media nacional (2006–2024).
- Número de siniestros: 97 incendios hasta el 3 de julio, frente a una media de 204; reducción del 52 %.
- Grandes incendios actuales: destacan el siniestro de Torrefeta i Florejacs (5.577 ha), Méntrida (3.100 ha), y ahora también Navaluenga (1.500 ha) y Valdecaballeros (2.000 ha).
Incendios activos
- Navaluenga (Ávila): el incendio iniciado el 18 de julio ha arrasado unas 1.500 ha en la sierra de Gredos. Ha obligado a evacuar un campamento infantil y viviendas, y ha llegado a un perímetro de 26 km. Se ha estabilizado y ha bajado a nivel operativo 1, aunque siguen activos puntos calientes.
- Valdecaballeros (Badajoz): cerca de 2.000 ha arrasadas, con evacuaciones en Cíjara y un camping. El fuego avanza hacia Cáceres, con nivel 1 de emergencia declarado. El viento ha dificultado el trabajo nocturno de medios aéreos.
- Torrefeta (Lleida): incendio iniciado el 1 de julio que arrasó 5.577 ha y provocó dos muertos; controlado el 2 de julio tras confinar a 20.000 personas.
- Méntrida (Toledo–Madrid): calcina más de 3.100 ha; contenido al 95 % y evacuaciones preventivas frente a rachas de viento de 50 km/h.
- Ibi (Alicante): las llamas alcanzan el Parque Natural de la Font Roja; 185 ha arrasadas y nivel de riesgo extremo.
Aunque España reduce la cantidad de incendios y superficie quemada, los siniestros que sí ocurren tienden a ser más grandes, más intensos y más difíciles de controlar
Cambio climático y medidas preventivas
El cambio climático prolonga la estación de incendios, endurece los veranos y aumenta el riesgo meteorológico. En España, una primavera húmeda favoreció el crecimiento vegetal, que tras una ola de calor se transformó en combustible peligroso.
Estrategias recomendadas:
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Cambio de foco a prevención en lugar de extinción reactiva (gestión de cortafuegos, limpieza, humedad del terreno).
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Modelos de mosaico forestal para aumentar la resistencia al fuego.
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Fortalecer campañas de concienciación, sanciones, normativa nacional y coordinación autónoma.
El verano será largo y exige preparación
Europa afronta un verano marcado por incendios intensificados por condiciones extremas. España, gracias a un contexto más húmedo y control, ha mantenido el número y la extensión de fuegos por debajo de la media comunitaria. No obstante, los grandes incendios actuales reafirman la urgencia de una gestión efectiva.
Las autoridades, servicios de extinción y la población deben mantenerse alerta: el pronóstico indica veranos prolongados y veranos más cálidos. La seguridad colectiva exige inversión, prevención y una adaptación realista al desafío climático que ya está aquí.