Voluntarios de la Asociación de Vecinos Parque Aluche entregan alimentos y productos donados
Ante esta situación, la organización asegura que cada día atienden entre una y cuatro familias que han sido desahuciadas con hijos menores de edad y que «entre lloros piden ayuda de emergencia». Las familias de las colas del hambre agotan las «velas, linternas, mantas, ropa de abrigo, estufas de gas, bombonas de gas, raticidas y leña, y ya no solamente son las familias de la Cañada Real».
Y es que, según recuerda Fundación Madrina, «en las familias vulnerables, con niños menores, ya no se puede pagar la luz, el gas, el transporte, en sus hogares ya no se pone la calefacción, ni se duchan, se abrigan con mantas y y por la noche se ponen velas».
Otro problema que apunta la organización son las dificultades para alquilar viviendas y habitaciones por parte de las familias con hijos a cargo o madres solas, que «no consiguen alquilar viviendas o habitaciones en las ciudades».
La subida del precio, el aumento de las exigencias en solvencia y la «no aceptación de mascotas, niños ni embarazadas agrava una situación de alojamiento en plena época invernal que agrava la vulnerabilidad de las unidades familiares con niños a cargo».
Para Fundación Madrina las ciudades son actualmente una «trampa mortal para las familias vulnerables con menores a cargo». Su única salida es el «mundo rural, tan abandonado hasta la fecha».
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