China ha sufrido un nuevo revés económico con la decisión de Fitch Ratings de rebajar en un escalón su calificación crediticia a largo plazo en moneda extranjera, que pasa de ‘A+’ a ‘A’ con perspectiva estable. La agencia de calificación justifica este movimiento por el empeoramiento de las previsiones de deuda y déficit en un escenario marcado por el debilitamiento de la demanda interna y las crecientes tensiones comerciales con EEUU.
Perspectivas fiscales en deterioro
Fitch advierte de que la evolución de la deuda pública china seguirá una trayectoria ascendente durante los próximos años. Este incremento estará impulsado por altos déficits fiscales, la materialización de pasivos contingentes y un crecimiento moderado del PIB nominal. En su análisis, la agencia anticipa que el Gobierno desplegará un estímulo fiscal sostenido con el fin de reforzar el crecimiento económico.
“La rebaja refleja nuestras expectativas de un continuo debilitamiento de las finanzas públicas de China y un rápido aumento de la deuda pública durante la transición económica del país”, señala el informe
Asimismo, Fitch subraya que la erosión estructural de la base impositiva limitará la capacidad recaudatoria del país, manteniendo en niveles elevados los déficits presupuestarios.
Menor crecimiento y riesgos externos
La agencia prevé una moderación del crecimiento del PIB de China hasta el 4,4% en 2025, por debajo del 5% registrado en 2024. Esta desaceleración está vinculada a la persistencia de los problemas en el sector inmobiliario, un consumo debilitado y un entorno internacional cada vez más adverso.
“China parece más resiliente a los aranceles directos estadounidenses en comparación con el primer mandato de Donald Trump, aunque seguirá viéndose afectada por una desaceleración global más amplia inducida por los aranceles”, sostiene la agencia
Uno de los factores externos más preocupantes es el aumento de los aranceles comerciales impuestos por EEUU, lo que impacta directamente sobre la demanda de productos chinos. Aunque Fitch reconoce que China ha logrado diversificar sus mercados de exportación desde la guerra comercial de 2018, advierte que esta nueva ronda de medidas proteccionistas es “mucho más drástica”.