Felipe González ha vuelto a la palestra con unas declaraciones sobre Gaza que, más que aclarar, han despertado perplejidad.
Al expresidente, el término genocidio no le encaja del todo. Con la calma del que ya no gobierna, pero aún opina como si lo hiciera.
La ironía es que, mientras González juega al equilibrista semántico, Aznar parece que sigue siendo la única persona que vió “armas de destrucción masiva”.
No importa el lugar ni el contexto; los dos y sus obsesiones ya forman parte de la mitología política española, como los Reyes Católicos o la siesta.