El calendario hacia Viena —sede de la final el 16 de mayo de 2026— avanza con el foco puesto en la UE de Radiodifusión (UER) y en la ventana extra concedida a las televisiones públicas para confirmar o retirarse sin penalización. En ese contexto, la postura de varios países europeos —ya sea de renuncia directa o de presión pública— condiciona el arranque de la temporada y el relato de un festival que presume de neutralidad mientras gestiona la “cuota” de geopolítica que se cuela por el escenario.
Quiénes han anunciado ya que no irán si compite Israel
Irlanda y Países Bajos han puesto negro sobre blanco su posición: sus radiotelevisiones públicas han anunciado que renunciarán a Eurovisión 2026 si Israel participa. En paralelo, Eslovenia ha trasladado a la organización que no estará en Viena si se confirma la presencia israelí, alineando su postura con el precedente aplicado a Rusia en 2022. En el plano político, esta cascada de anuncios se acompasa con mensajes que reclaman a la UER coherencia con el estándar aplicado en crisis anteriores
La combinación de anuncios formales y presión de gobiernos y parlamentos ha trasladado el “coste reputacional” del conflicto a la gobernanza del certamen
Países que condicionan o estudian su retirada
Islandia ha comunicado a la UER su posición crítica con la participación de Israel y mantiene abierta la opción de retirarse si no hay cambios. En España, el Ministerio de Cultura ha planteado que RTVE no acuda en caso de que Israel siga en la competición, aunque la decisión final corresponde a la corporación pública. La presión de estos países refuerza un bloque que, sin anunciar aún la renuncia, eleva el precio político de mantener el statu quo
El resultado práctico es que la lista oficial de participantes se demorará hasta que la UER cierre su revisión y emita un criterio claro
Qué hará la UER y cuáles son los plazos
La UER ha movido ficha ampliando hasta mediados de diciembre el plazo para confirmar la participación sin coste. El objetivo: ganar margen para una decisión final sobre Israel y, a la vez, dar cobertura a los organismos públicos que siguen deliberando. Con el Wiener Stadthalle como sede de la final y un calendario ya fijado, cada semana pesa más en la planificación de delegaciones, preselecciones y logística televisiva
Este retraso en la fecha límite funciona como “válvula de seguridad” en un curso en el que los anuncios políticos han ido por delante del procedimiento técnico
Mapa de posiciones
País | Posición oficial si participa Israel | Actor que se pronuncia | Fecha pública | Situación |
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Irlanda | No participará | Radiotelevisión pública (RTÉ) | 11/09/2025 | Confirmado |
Países Bajos | No participará | Radiotelevisión pública (AVROTROS) | 12/09/2025 | Confirmado |
Eslovenia | No participará | Radiotelevisión pública (RTVSLO) | 04/09/2025 | Confirmado (condicionado) |
Islandia | Estudia retirarse | Radiotelevisión pública (RÚV) | 24/04/2025 | En evaluación |
España | Abre la puerta a retirarse | Ministerio de Cultura | 08/09/2025 | En debate |
Claves para entender el impacto
Un bloque de retiradas —aunque sea de tres o cuatro países— alteraría votaciones, audiencias y patrocinio, además de tensionar la narrativa “apolítica” del festival. Para la UER, el dilema no es solo jurídico (quién puede participar) sino regulatorio y de reputación: qué precedente fija en 2026 tras el caso ruso en 2022; y cómo gestiona la equidad del televoto y la transparencia del proceso en un contexto tan polarizado
En el corto plazo, la decisión sobre Israel definirá el tono de la temporada de preselecciones; en el medio, marcará la relación entre política y entretenimiento de la mayor marca musical televisiva de Europa