Europa desconfía del uso que EEUU hace de los datos privados y veta la posibilidad de compartirlos

Europa desconfía del uso que EEUU hace de los datos privados y veta la posibilidad de compartirlos

El TJUE ha invalidado el acuerdo de 'Escudo de la privacidad' de 2016 entre la Unión Europea y los EEUU.

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El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) considera que la normativa de los Estados Unidos no es suficiente estricta en materia de privacidad, ya que permite a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) recopilar información perteneciente a no estadounidenses fuera del país, a través del espionaje de sus datos almacenados por medios electrónicos en sitios como Facebook, Apple o Google.

El TJUE ha invalidado el acuerdo de ‘Escudo de la privacidad’ de 2016 entre la Unión Europea y los EEUU, por el cual las empresas norteamericanas pueden usar los datos de usuarios europeos, ya que considera que no se garantiza un nivel de protección adecuado.

De esta forma, Europa considera que existe una brecha de seguridad estadounidense y que los datos privados de los europeos no están protegidos al mismo nivel que sí asegura la legislación comunitaria.

El acuerdo ahora invalidado permitía a más de 5.300 empresas estadounidenses recopilar datos de los europeos que posteriormente podían llegar a manos del Gobierno americano gracias a las leyes de ese país.

El tribunal europeo ha señalado en la sentencia de nulidad del acuerdo que el “carácter general, la excepción […] hace posibles así injerencias, fundadas en exigencias concernientes a la seguridad nacional, el interés público y el cumplimiento de la ley de Estados Unidos”.

Prosigue el texto advirtiendo que “las referidas injerencias pueden producirse como consecuencia del acceso a los datos personales transferidos desde la Unión a los EEUU y de la utilización de esos datos por las autoridades públicas estadounidenses, en el marco de los programas de vigilancia PRISM y Upstream”.

Las autoridades de EEUU han reaccionado a esta nulidad limitándose a mencionar, a través de su secretario de Comercio, Wilbur Ross, un posible impacto económico negativo en “la relación económica transatlántica de 7.100 millones de dólares que es tan vital para nuestros respectivos ciudadanos, empresas y gobiernos”.

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