En sus primeros 100 días como vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea (CE) para Prosperidad y Estrategia Industrial, Stéphane Séjourné reconoce que «el mundo ha cambiado» y subraya que Europa debe evolucionar para responder a los nuevos desafíos económicos y comerciales. Así lo expresó este viernes tras visitar la planta de Celsa en Castellbisbal (Barcelona), acompañado del ministro Jordi Hereu, el conseller Miquel Sàmper y el presidente de la compañía, Rafael Villaseca.
“El contexto exige más flexibilidad para Europa”, afirmó Séjourné, quien hizo un llamamiento a rebajar la tensión comercial con EEUU, insistiendo en que “nadie puede ganar en una guerra comercial”. El alto cargo europeo lamentó la falta de diálogo previo antes de que Washington anunciara nuevos aranceles, y reclamó una “negociación directa y discreta, no declaraciones públicas en redes sociales”.
Stéphane Séjourné destaca que “Europa debe tener mucha más flexibilidad” y avanza una estrategia de compras conjuntas y reservas de materias primas clave
La competitividad industrial, la mejor defensa de Europa
Séjourné defendió que el mejor escudo frente a las amenazas externas es fortalecer la competitividad de la industria europea, en especial sectores clave como el acero o la química. “No hay refugios ni construcción sin cemento, ni munición sin acero. Todo es una cadena”, destacó.
En este sentido, explicó que la Unión Europea (UE) trabaja en la creación de un sistema de compras conjuntas de materias primas esenciales, un total de 16, para reducir riesgos y garantizar el suministro. La CE ya ha identificado 170 proyectos orientados a reactivar la producción interna y establecer pactos estratégicos con países productores. Además, plantea crear reservas estratégicas de estas materias.
Nuevas protecciones para la industria del acero europea
Uno de los sectores donde más se centran las preocupaciones de Bruselas es el acero. Séjourné anunció que la CE estudia extender más allá de 2026 la actual cláusula de salvaguarda, que impide que terceros países “inunden” el mercado europeo con productos a precios desleales.
Asimismo, se trabaja en la simplificación administrativa para evitar que productos transformados en acero procedentes de países extracomunitarios puedan dañar la competitividad europea. Según el vicepresidente, se busca también que las administraciones públicas de los estados miembro puedan exigir un porcentaje mínimo de acero europeo en las licitaciones de contratos públicos.