El Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, se ha convertido en el epicentro de una intensa actividad diplomática. La cita, promovida por el ministro José Manuel Albares, ha congregado a representantes de 20 países, junto a organismos como la Unión Europea, la Liga Árabe y la Organización de la Conferencia Islámica (OCI). El objetivo común: frenar la ofensiva de Israel en Gaza, romper el bloqueo humanitario y abrir paso a una solución de dos Estados.
Un consenso global en torno a la paz y los derechos
Lejos de posiciones enfrentadas, los asistentes han dejado clara su intención de no actuar contra Israel, sino de defender los derechos legítimos tanto del pueblo israelí como del palestino. Albares ha recalcado que «el pueblo palestino no tiene por qué estar condenado eternamente a ser un pueblo de refugiados», apelando a una visión equilibrada de la seguridad y la justicia para ambos lados.
“Todos creemos que mientras que el esfuerzo inmediato tiene que ser parar la guerra y garantizar el acceso humanitario, también tenemos que poner fin al conflicto”, ha subrayado el ministro noruego Espen Barth Eide
Crece el respaldo internacional a la solución de dos Estados
Uno de los logros más destacados ha sido el aumento en la participación respecto a la primera reunión euroárabe de septiembre. En esta ocasión se han sumado Francia, Alemania, Reino Unido y Brasil, además de países árabes clave como Arabia Saudí, Qatar y Egipto.
Esta confluencia refuerza la idea de que cada vez más gobiernos reconocen que la única vía posible para la estabilidad regional es la creación de un Estado palestino que conviva pacíficamente junto a Israel.
“¿Cuál es la alternativa a la solución de dos estados? ¿Matar a todos los palestinos? Por supuesto no”, ha advertido Albares
Presión sobre EEUU y los países árabes reticentes
Una parte del debate ha girado en torno a cómo implicar a la futura Administración Trump, así como convencer a potencias árabes que aún no han reconocido a Israel. Barth Eide ha defendido que los Acuerdos de Abraham solo podrán prosperar con el reconocimiento mutuo entre Israel y Palestina como base.
Albares ha sido tajante: “La ayuda humanitaria debe entrar sin condiciones y bajo el control de Naciones Unidas, no de Israel”.
España, en el centro del tablero diplomático
España ha reforzado su imagen como actor clave en la diplomacia internacional, gracias a una postura mantenida incluso cuando ha estado “en solitario”. El reconocimiento de Palestina por parte de países como Noruega, Irlanda o Eslovenia avala esta visión, que ahora gana tracción global.