“En Atención Primaria hemos dicho basta. Hay compañeras que han visto hasta a 100 pacientes”

Madrid

“En Atención Primaria hemos dicho basta. Hay compañeras que han visto hasta a 100 pacientes”

Tres trabajadoras de centros de salud de Madrid relatan a EL BOLETÍN cómo la sobresaturación y la falta de recursos merman a una Atención Primaria que empieza a movilizarse.

Movilización por la Atención Primaria convocada por la plataforma AP Se Mueve

Mar Noguerol lleva 21 años atendiendo en su consulta de un centro de salud en Fuenlabrada. Maribel Domínguez cumple 23 años como administrativa en cuatro centros distintos de Madrid. Y Blanca Sellés tampoco se queda atrás con sus 34 años como enfermera de Atención Primaria.

Las tres, en declaraciones a EL BOLETÍN, coinciden: la gente está muy cansada. Ellas mismas lo están. La Atención Primaria en la Comunidad de Madrid se está moviendo. Ya se han celebrado movilizaciones y parece que irán a más.

La Plataforma AP Se Mueve, de la que es miembro Noguerol, convocó una protesta este miércoles frente a los centros de salud. No será la última. “Tenemos la sensación permanente de ir a contrarreloj”, sentencia. Blanca Sellés reconoce incluso que, “por primera vez en 34 años”, plantea dejar el trabajo aunque le encante cuidar pacientes.

El problema está identificado: no se ha recuperado la inversión precrisis, la población aumenta, las plantillas menguan y las consultas crecen. “Ver a más de 30 pacientes en un día te agota mentalmente”, resume Noguerol.

En la actualidad, el tiempo de consulta está oscilando entre los cinco y los siete minutos. Mientras, los profesionales piden un mínimo de 12 minutos para atender con calidad, así como que la Atención Primaria acoja un 25% del presupuesto sanitario.

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Parece lejos al situarse en el 10%. Asimismo, la Comunidad de Madrid asegura que la media de pacientes por consulta médica al día es de 30-35. Sin embargo, las denuncias de médicos de Atención Primaria azotan esa cifra. “Una compañera ha atendido estas Navidades entre 80 y 100 pacientes. Todos los compañeros hemos dicho basta”, completa la doctora.

Maribel Domínguez lo nota en un ambiente cargado de precariedad. “Ya no se encuentran suplentes”, avanza. Pero viene de lejos. Blanca Sellés traslada esto mismo a la Enfermería donde una sustitución sin cubrir dispara el trabajo, al que hay que sumarle “los avisos urgentes”. “No hay forma de llegar a todo”, apostilla.

En su caso, su cupo de atención como enfermera es de más de 2.300 pacientes y el sobretrabajo existe en unas jornadas laborales que empiezan atendiendo a domicilio “a las 12:00… cuando entro a trabajar a las 14:00”.

Las reivindicaciones de la Plataforma AP Se Mueve

Mar Noguerol plantea cinco puntos sobre los que está trabajando la plataforma: la financiación de la Atención Primaria (25% del total del presupuesto sanitario); los recursos humanos (calculan que faltan 650 médicos de familia y 250 pediatras, entre otros); la precariedad (cambiar los tipos de contratos); los horarios (plus de un 15% por penosidad) y los turnos; la burocratización (consultas evitables). Y luego están las peticiones que se escuchan en el resto de España: 12 minutos y un total de 28 pacientes

Todo en un sistema de evaluación que para Sellés machaca a las enfermeras de Atención Primaria al evaluar por pacientes y no por complejidad o trabajo: “Hacemos muchos cuidados invisibles y no se evalúan”.

Pero no solo esta injusta ‘vigilancia’ lastra en los centros. Maribel Domínguez narra cómo ha presenciado contratos para cubrir bajas de un mes que empezaban un lunes y acababan un viernes “para no pagarles el sábado y domingo”.

Así, Noguerol se explica lo que sucede en su propio sitio de trabajo: “Llevamos un año buscando un sustituto. Es muy difícil encontrar médicos”.

Más trabajo y complejidad, misma plantilla y presupuesto

Mientras, la complejidad de la Atención Primaria también juega un papel esencial. Todas coinciden en la paradoja: aumentan las competencias, pero no el personal y el presupuesto. “Cada vez asumimos más competencias como tratar enfermedades crónicas o el PREVECOLON, pero sin presupuesto”, sentencia esta doctora.

Domínguez recuerda cómo las administrativas han ido “profesionalizando” y añadiendo nuevas tareas. “Sin ir más lejos, hoy nos hemos tirado media mañana para proteger los datos de un menor”. Aunque con un matiz: “Ahora somos las mismas administrativas o menos”.

Al mismo tiempo, hay que contar con que, como denuncia Noguerol, “el código postal es determinante en la Atención Primaria”. Lo ve en su consulta a la hora de tratar a trabajadores de barrios obreros con problemas esqueléticos o “incluso de salud mental” si el paro azota con dureza.

Las diferencias sociales existen. Así lo aprecia igualmente Blanca Sellés, que se tiene que patear Madrid en consultas a domicilio: “No es lo mismo atender en una zona donde hay muchos seguros privados que en Tetuán con población envejecida. Yo atiendo hasta en corralas o en muchos pisos sin ascensor”. Esto es una piedra más.

La reducción de horarios que enciende a la Atención Primaria

Aun así, lo que ha levantado la voz en Atención Primaria es el último movimiento de la Consejería de Sanidad con su proyecto para reducir las consultas a las 18:30 horas. Por el momento, se hará un pilotaje en 14 centros de salud. Maribel Domínguez sospecha que de aquí a un año se implantará en todos.

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La Comunidad de Madrid afirma que supondrá un avance si la evaluación acaba en buen puerto. Blanca Sellés plantea muchas dudas: “Tengo muchos pacientes que vienen a las siete por el trabajo, ¿les vamos a negar los cuidados y la continuidad?”.

Sanidad dice que serán atendidos por los profesionales que estén de urgencias, pero esta enfermera de Atención Primaria entiende que se va a romper “la equidad”. El conflicto se dará igualmente en la ventanilla de administración.

“Si se queda solo una persona de urgencia, va a ser imposible hacer un trámite burocrático, que es lo que más desquicia. Nadie va a pedirse un día en el trabajo para ir por la mañana a renovar una tarjeta sanitaria”, ejemplifica Maribel Domínguez.

Repensar la Atención Primaria

Mientras tanto, las tres profesionales sitúan el debate en la imagen que los responsables políticos dan a la Atención Primaria. Eso es lo que quieren cambiar.

“No somos un filtro, ni emisores de recetas para ver a gente cuatro minutos”, reprocha Mar Noguerol que rescata que son “especialistas que jugamos un papel esencial en la salud”.

De hecho, la doctora traslada un mensaje a los dirigentes: “No somos la cenicienta de la sanidad pública”. Hasta que los responsables vayan asimilando esta afirmación, los centros de salud en Madrid ya se han contagiado de la ‘revuelta’ que se ha encendido en otros muchos lugares del país.

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