«El Valencia CF desea mostrar su total desacuerdo e indignación por la injusta y desproporcionada sanción impuesta por el Comité de Competición al Club con el cierre de la Grada de Animación durante cinco partidos», indica el comunicado.
El conjunto valencianista denunció que en esta resolución se manifiestan pruebas contradictorias con las declaraciones de la Policía Nacional y la Liga Nacional de Fútbol Profesional (LaLiga).
«Además, esta sanción se basa en pruebas que el Club no ha podido ver y sin darnos trámite de audiencia. El Valencia CF ha condenado, condena y condenará de la forma más enérgica cualquier acto de racismo o violencia», enfatizó.
El club destacó que los comportamientos racistas «no tienen cabida en el fútbol ni en la sociedad» y seguirá «actuando de la forma más tajante para erradicar esta lacra», por eso, aseguró colaborar «desde el primer minuto con la Policía y todas las autoridades pertinentes en esclarecer los hechos acontecidos el pasado domingo».
Asimismo, el Valencia decidió imponer «la máxima sanción posible» a los aficionados identificados por la Policía por sus comportamientos racistas y expulsarlos de por vida del estadio.
«La lucha contra el racismo requiere del compromiso real de todas las partes implicadas sin utilizarla como pretexto para incurrir en graves injusticias», subrayó.
Aún así, el club lamentó que el Comité de Competición penalizase y privase de ver al equipo «a todos los aficionados que no estuvieron implicados en estos lamentables incidentes» y por eso, «recurrirá hasta la última instancia el cierre de la Grada de Animación».
Por último, el Valencia CF pidió «el máximo respeto y rigor» por su institución y sus aficionados.
