El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha devuelto a Carles Puigdemont el escrito que le envió el pasado 29 de enero en el que el expresident le comunicaba que había adquirido la condición de diputado del Parlament de Catalunya y que, en consecuencia, gozaba de la plenitud de derechos y prerrogativas previstas en el Estatut y el Reglamento del Parlament.
Puigdemont aseguraba no necesitar autorización para ser investido presidente catalán, tal y como le exigió el Tribunal Constitucional. Sin embargo, el Supremo rechaza la carta del expresident.
Llarena recuerda a Puigdemont que al no estar personado en la causa procede la devolución del escrito. Añade el juez que, desde el 7 de noviembre, “no se le tiene por personado en tanto en cuanto no sea hallado o se ponga a disposición de este Tribunal”.
Es decir, el juez del Tribunal Supremo manda un mensaje claro a Puigdemont. Si quiere participar en la causa (y que el alto tribunal tome parte), debe entregarse o ser detenido.
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