El tribunal admite a trámite la querella interpuesta por los eurodiputados Diego Adrián y Nora Junco contra Alvise Pérez el pasado 27 de junio al considerar que en este caso concurren, en plena sintonía con el informe del Ministerio Fiscal, indicios de criminalidad respecto a estos dos delitos que se le atribuyen y acuerda la apertura de un nuevo procedimiento, el cuarto que tiene abierto en el Supremo.
En su auto, la Sala explica que los eurodiputados denunciaban que no solo venían siendo víctimas de una continua campaña de hostigamiento a través de las redes sociales como consecuencia de los mensajes que Alvise había publicado sobre ellos -en un podcast y en un canal de Telegram-, sino que, incluso, habían llegado a temer por su integridad física al revelar también el lugar en el que se encontraban o al que se dirigían.
Añadían que una vez filtradas sus direcciones de correo, su número de teléfono y sus redes sociales, habrían recibido una ingente cantidad de mensajes ofensivos y/o amenazantes, que la querella describe, aportando el correspondiente soporte documental, al extremo de que “aquéllos se habrían visto compelidos a soportar una continua sensación de inseguridad, modificando sus hábitos o rutinas, cerrando algunas de sus redes sociales y limitando a terceros la posibilidad de comentarios en las que conservan”.
Asimismo, recoge, “también se verían obligados a no atender ninguna llamada telefónica procedente de número desconocido, lo que obstruye significativamente su labor parlamentaria y la propia de su ordinaria vida familiar, llegando, incluso, doña Nora a tener que cambiar su número telefónico”.
También alegaban que tampoco les era posible, como consecuencia de las conductas descritas, atender con normalidad sus cuentas de correo electrónico, tanto las personales como las profesionales, ya que “reciben regularmente ‘miles de ellos’ (‘cientos diarios’) con insultos y amenazas, lo que les obligaba a expurgar entre lo recibido aquello que verdaderamente pudiera ser de interés, sin perjuicio de haber perdido, por eso, algún correo importante. Todo ello, además del constante miedo o intranquilidad que les generaba el poder ser abordados en ese contexto por la calle por cualquier desconocido”.











