El índice PMI manufacturero elaborado por Hamburg Commercial Bank y S&P Global ha revelado que la actividad industrial en España ha vuelto a deteriorarse en abril. El indicador ha descendido hasta los 48,1 puntos, por debajo del umbral de 50 que marca la frontera entre expansión y contracción. Esta es la peor lectura desde finales de 2023 y confirma un deterioro progresivo tras los 49,5 puntos registrados en marzo y febrero.
Este descenso refleja una caída de la producción, la primera desde agosto de 2024, y un notable retroceso en los nuevos pedidos, directamente vinculados por las empresas a la incertidumbre del mercado y a los anuncios de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos.
Aranceles y pedidos, los principales responsables del retroceso
Uno de los aspectos más destacados por los analistas es la fuerte caída en los nuevos pedidos, tanto nacionales como internacionales. Las empresas participantes en la encuesta señalaron como principal motivo la “inestabilidad e incertidumbre latentes en el mercado”, exacerbadas por las medidas comerciales proteccionistas, especialmente desde EEUU.
“Este resultado se debe a un declive de la producción, el primero desde agosto de 2024, y a un deterioro significativo en el volumen de nuevos pedidos”, explicó Jonas Feldhusen, economista junior de Hamburg Commercial Bank
Todos los subsectores entran en contracción por primera vez en 2025
La debilidad se ha extendido a todos los segmentos de la industria. Según Feldhusen, por primera vez en lo que va de año, los subsectores de bienes de consumo, bienes intermedios y bienes de capital han mostrado datos en territorio contractivo, lo que sugiere un deterioro generalizado del sector manufacturero.
Impacto económico y perspectivas
Esta contracción manufacturera plantea nuevas preocupaciones sobre la salud económica de España y su exposición a tensiones comerciales globales. Con el crecimiento industrial debilitado y la confianza empresarial en declive, las expectativas a corto plazo se tornan inciertas.