Un recorrido que empieza “en un país inmerso en una guerra cainita y con un joven Juan Carlos anclado a un destino que no le pertenece, pero que paso a paso, eludiendo mil complots y ganándose la confianza de unos y otros, acaba convirtiéndose en el actor principal de la transformación radical de España en el estado moderno y próspero que es hoy”, recoge Europa Press.
“Mi padre siempre me aconsejó que no escribiera mis memorias. Los reyes no se confiesan. Y menos, públicamente. Sus secretos permanecen sepultados en la penumbra de los palacios. ¿Por qué le desobedezco hoy? ¿Por qué he cambiado de opinión? Porque siento que me roban mi historia”, argumenta Juan Carlos I en el libro.
Según Planeta, la obra, “escrita en primera persona y cuya publicación es en sí un acontecimiento histórico”, viene “a reparar esa situación”. “Si su majestad ha decidido dar cuenta de su historia después de casi cuarenta años de reinado, es porque el exilio en Abu Dabi, parte de la opinión publicada y, por qué no, los propios errores han acabado por ensombrecer su trayectoria y sus aportaciones fundamentales al éxito de la democracia española”, ha añadido la editorial.
La obra navega entre los dos exilios que marcan el principio y final de su vida –el obligado, en Estoril, y el voluntario, en Abu Dabi– y por ella transitan muchos de los protagonistas destacados de la historia contemporánea. El monarca, en el crepúsculo de su vida y lejos de su familia, se dispone a hacer su última confesión: “No tengo derecho a llorar”, dice. “Pero tiene derecho a buscar su anhelada reconciliación con el país que tanto ama y añora”, concluye la editorial.