El dato, elaborado por S&P Global y Hamburg Commercial Bank, confirma que la industria manufacturera española sigue creciendo, aunque con menor impulso que en octubre.
La combinación de un comercio internacional más débil, la presión competitiva de China y las tensiones geopolíticas lleva a las empresas a afinar sus decisiones de producción y, sobre todo, de contratación. Aun así, las expectativas sobre la producción futura se mantienen en niveles ligeramente superiores a la media de largo plazo, lo que evita un deterioro más brusco del sector.
El PMI manufacturero se mantiene por encima de 50 puntos pese al entorno global adverso
Actividad aún en fase expansiva
En noviembre, el PMI manufacturero registró 51,5 puntos, frente a los 52,1 puntos de octubre. La lectura se mantiene por encima del umbral de 50 puntos, que separa la expansión de la contracción, lo que implica que la actividad fabril continúa creciendo, aunque a un ritmo más moderado.
Según los analistas de Hamburg Commercial Bank, España «parece estar convergiendo hacia la dinámica de la zona euro en su conjunto», donde la industria también acusa el impacto del debilitamiento del comercio internacional. La demanda externa se ha enfriado y las fábricas ajustan sus ritmos de producción para acomodarse a un entorno menos dinámico.
España converge con la dinámica de la zona euro en un contexto de menor demanda externa
| Indicador | Octubre | Noviembre |
|---|---|---|
| PMI manufacturero España (puntos) | 52,1 | 51,5 |
| Umbral ausencia de cambios (puntos) | 50,0 | 50,0 |
Recortes de empleo por tercer mes consecutivo
Uno de los elementos más sensibles del informe es el mercado laboral. Los fabricantes redujeron sus plantillas por tercer mes consecutivo, pese a que las condiciones operativas se describen como «generalmente favorables». Esta aparente paradoja refleja la brecha entre la actividad actual y las dudas sobre la solidez de la demanda futura.
La entidad señala que la cautela en la contratación está estrechamente ligada al débil crecimiento en Europa, a la presión competitiva de China y a las barreras comerciales que se han intensificado en los últimos años. Todo ello configura un entorno en el que las empresas prefieren consolidar su estructura antes que asumir nuevos costes laborales.
La industria ajusta plantillas para protegerse ante la incertidumbre económica global.
Un entorno frágil con expectativas moderadamente optimistas
Pese a los recortes de empleo y a la ligera moderación del indicador, el informe destaca que los fabricantes españoles se muestran optimistas respecto a su producción futura. Las expectativas empresariales se mantuvieron estables en noviembre y se sitúan ligeramente por encima de la media de largo plazo, lo que sugiere confianza en un escenario de mejora gradual si el contexto internacional se estabiliza.
Los analistas subrayan que factores como la posible recuperación de algunos socios europeos, la normalización de ciertas cadenas de suministro y una eventual mejora de las condiciones comerciales podrían consolidar esta visión más positiva. Mientras tanto, las empresas optan por una estrategia de prudencia, equilibrando la expansión de la actividad con un ajuste progresivo de sus equipos.







