Una nueva proyección científica publicada en la revista Environmental Research Letters lanza una advertencia contundente: si no se acelera la descarbonización global, el mundo podría enfrentarse a una crisis económica sin precedentes. El análisis, liderado por el Dr. Timothy Neal del Instituto de Riesgo y Respuesta Climática (ICRR) y la Universidad de Nueva Gales del Sur, estima que un aumento de 4 °C en la temperatura global reduciría el producto interior bruto global en un 40 % para finales de siglo.
La investigación cuestiona los modelos económicos utilizados hasta ahora para establecer políticas climáticas, argumentando que han subestimado gravemente los riesgos. El error principal: no considerar adecuadamente el efecto de los fenómenos meteorológicos extremos sobre las cadenas de suministro internacionales.
Cadenas de suministro globales, el gran punto ciego
Uno de los hallazgos más reveladores del estudio es que los modelos tradicionales no contemplan cómo el colapso en un punto del planeta puede provocar un efecto dominó en la economía global. En palabras del Dr. Neal, «podemos esperar interrupciones en cascada en las cadenas de suministro debido a eventos meteorológicos extremos en todo el mundo».
“La justificación económica para tomar medidas más contundentes contra el cambio climático es clara”, afirma el Dr. Neal
Este enfoque revisado cambia el paradigma económico al reconocer que ningún país está realmente protegido del cambio climático, aunque se encuentre en zonas tradicionalmente más frías.
Nadie se libra de los efectos del calentamiento global
La idea de que países como Rusia o Canadá podrían beneficiarse del calentamiento debido a su clima frío queda desmontada en el nuevo informe. Su integración en los mercados y redes de suministro globales los hace igualmente vulnerables. De esta forma, el estudio enfatiza que el cambio climático es un problema sistémico y global.
Asimismo, el análisis también señala que aún existen limitaciones: la adaptación climática, como la migración de personas o la reubicación de industrias, es un fenómeno complejo que todavía no se modela completamente en los marcos económicos actuales.
El estudio del ICRR recomienda limitar el aumento de temperatura a 1,7 °C, en línea con el Acuerdo de París, muy por debajo de los 2,7 °C planteados anteriormente.
Un nuevo llamado a acelerar la descarbonización
Los resultados del estudio fortalecen los argumentos a favor de una acción climática más decidida. Limitar el calentamiento a 1,7 °C no solo es una meta ambiental, sino también una medida económica urgente. Según el informe, este límite evitaría gran parte de las pérdidas económicas proyectadas.
La actualización de estos modelos económicos representa una llamada de atención para los responsables de políticas públicas y negociadores internacionales: el coste de la inacción climática será mucho mayor de lo previsto.