El PIB de España crecería un 4% solo con un aumento de la inversión de dos puntos en Sanidad

Gasto sanitario

El PIB de España crecería un 4% solo con un aumento de la inversión de dos puntos en Sanidad

El sector sanitario en nuestro país representa el 8,7% del PIB y genera un valor añadido bruto a nuestra economía de 94.600 millones de euros.

Quirófano sanidad hospital

Quirófano

El gasto sanitario asciende a 105.000 millones, de los cuales el 70% corresponden a financiación pública y este sector emplea a 1,8 millones de empleados, o lo que es igual, el 10% afiliados a la Seguridad Social con altos niveles de cualificación y sofisticación de tareas.

Farmaindustria, la patronal del sector farmacéutico con el apoyo de Analistas Financieros Internacionales (AFI) ha querido tomarle el pulso al sector en nuestro país. Más de 80 plantas de producción de medicamentos de uso humano con un valor de producción de 15.700 millones de euros y una inversión de 1.200 millones componen el boceto de un sector que exporta 12.000 millones (1/4 de la producción y de las exportaciones de los sectores de alta tecnología).

España es el decimosegundo exportador mundial de productos farmacéuticos con una cuota de mercado del 2,1%. Algo que el sector pide que se potencie por la alta dependencia exterior, con lo que conviene desarrollar capacidad de producción doméstica.  Además, este sector es intensivo en innovación destinando a gasto de I+D: 15 mil millones euros.

De hecho, la Investigación en el sector salud es el segundo objetivo socioeconómico con mayor financiación aportando una inversión total en el sector sanitario: 10.000 millones de euros, cuyo efecto tractor sobre la economía trasciende a su propio sector.

AFI recuerda que cada euro invertido en investigación sanitaria genera en la economía 1,6 euros de valor agregado bruto (VAB) directo, indirecto e inducido. O dicho de otro modo, cada millón de euros invertido en el sector contribuye a la generación y mantenimiento de más de 15,6 empleos.

El sistema sanitario español se encuentra entre los países más eficientes, pero son necesarias mejoras en el gasto, que es significativamente menor al de los países europeos más avanzando, y un uso más eficiente de los recursos del sistema. El sector sanitario, además de un potente generador de beneficios económicos, es un instrumento eficaz para redistribuir la renta y acercarnos a la igualdad real de oportunidades.

El gasto público en sanidad contribuye a reducir la desigualdad: el valor de los servicios sanitarios supone más del 25% de la renta del 20% más pobre, frente a un 6% del decil más rico. El impacto de un hospital en un territorio es muy relevante, pudiendo convertirse en focos de atracción de talento.

La digitalización de la atención sanitaria se convierte en un área prioritaria de acción por su impacto directo en la mejora de la accesibilidad, el ahorro de costes, el incremento de productividad a cuenta de menores desplazamientos, y, la resolución de los desafíos que representa la prestación de servicios en los territorios más remotos y dispersos.

Analistas Financieros Internacionales plantea un análisis prospectivo, en el que estudia dos escenarios: uno inercial, en el que no se toman decisiones estratégicas sobre el uso de los recursos públicos; y uno alternativo, en el que se aumenta el gasto público en sanidad en dos puntos del PIB.

En el escenario inercial, el crecimiento del PIB llegará a 1,7% hacia 2027 para luego ir perdiendo fuerza hasta quedarse en el 1,3% anual a mediados de la década de 2030. Esto se debe al retroceso en la contribución del trabajo, que solo será compensado de manera parcial por una mejora de la aportación de la productividad.

“La inversión en sanidad es fundamental para el crecimiento económico. Si metemos dos puntos de PIB en este sector aumentará nuestro PIB un cuatro por ciento. Es necesario aumentar los recursos sanitarios con continuidad en el tiempo, que vayan acompañados de reformas que permitan mejorar la eficiencia y coordinación del Sistema Nacional de Salud. La atención primaria precisa un mayor esfuerzo en términos de inversión, ya que presenta el mayor potencial para generar efectos económicos y sociales positivos. Reforzar de la capacidad industrial y tecnológica vinculada a la salud, reduciendo la alta dependencia de proveedores extranjeros, es fundamental”, explican.

 

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